Por: Bryan Cuadrado (bryan.cuadrado@upr.edu)
Muchos ya conocemos a qué trabajo se le denomina como el más antiguo de la historia. Hoy en día sin embargo, la prostitución se ejerce y palpa desde diferentes manifestaciones y siendo un tema controversial para sectores conservadores de la sociedad. El caso de Michael (nombre ficticio), un chico de 24 años, con una pareja, quien es la madre de sus dos hijos, refleja lo que muchos prostitutos quizás viven a diario luego de ingresar al mundo de la prostitución.
“Pinocho” como le apodan, se define como heterosexual, pero “curioso” (término utilizado en la comunidad LGBTTQ, para personas heterosexuales que les causa interés algunas prácticas sexuales con personas de su mismo sexo). Aunque no se declara abiertamente bisexual, confiesa disfruta del coito con hombres transexuales a los que encuentra muy atractivos.
¿Cómo te adentraste en el mundo de la prostitución?
Comencé hace más de seis meses, pero lo dejé por poco tiempo y regresé aproximadamente hace dos. Esto fue gracias a un amigo que me invitó a trabajar en esto.
¿Tu pareja sabe que laboras como prostituto?
Sí, mi esposa lo sabe. Para entrar en este trabajo con pareja, debes estar con alguien de mente abierta. Rápido que mi amigo me comentó, se lo dejé saber y ambos estuvimos de acuerdo. Mi familia también, pero se alejaron.
Lo curioso de la historia de Michael es que su actual pareja, con la que lleva ocho años de relació, acepta su trabajo, pero siempre que se trate de clientes masculinos, y no féminas.
¿Podrías hablar sobre la tarifa de tus servicios?
Todo depende de lo que el cliente desee. Yo quiero satisfacerlos y que sientan que no desperdiciaron su dinero. Lo mínimo tiene un costo de $40 dólares y consiste de un baile sensual y que provoque excitación en ellos. Eso suele llevar a los próximos servicios como sexo oral, que tiene un costo de $80 dólares. Lo más caro es el acto sexual completo y dependiendo del cliente, puede llegar desde $200 hasta $280 dólares.
En otros casos, clientes solicitan que Michael tenga relaciones sexuales con otro hombre, mientras son observados por el cliente. Para ello, Michael acude a un compañero de trabajo para dicha oferta, donde podrían ganar hasta $400 dólares cada uno. Por la frecuencia en que nuestro protagonista brinda sus servicios semanalmente, su salario mensual fluctúa entre los $2 mil dólares hasta los $3,200 dólares: poco más del salario mensual aproximado de empleados públicos.
¿Has experimentado alguna vez una situación preocupante o que consideres de mal gusto?
Varias veces me ha sucedido lo mismo. Muchos clientes se “enchulan” de mi forma de bailar y de cómo soy. Una vez uno de mis clientes fijos me llamó para preguntarme dónde estaba y con quién, le contesto que en ese momento me encontraba con mi pareja y mis hijos, de compra, a lo cual él se molestó y me colgó. En otra ocasión, este muchacho se obsesionó conmigo tanto, que me llevó de compras y me quería tomar de la mano en público, y eso conmigo no va. A ambos tuve que dejarles bien claro la situación y cortarles, yo tengo familia, esto solo lo hago por dinero.
Muchos de los clientes a los que se ven expuestos los sexo servidores, son personas en busca de algo más allá que un simple acto sexual. Entienden tienen derecho sobre personas como Michael para hacer de ellos lo que deseen porque han pagado por sus servicios. Situación que ha llevado ha muchos de los prostitutos a ser más selectivos con su clientela.
¿Alguna vez un cliente te ha solicitado algo inusual?
En una ocasión me pidieron que defecara y orinara sobre una persona, pero tuve que decir que no e irme, eso no es para mí. No estoy preparado para algo tan fuerte.
Otra situación a las que se enfrentan muchos prostitutos son los fetiches de sus clientes. Entre la lista de las solicitudes más destacadas son: el «bondage» (consiste en amarrar con soga o prendas de vestir o esposar, a su cliente), «foreplay» (juegos previos al acto sexual), «kinky» (utilización de vestimenta erótica como el latex antes o durantes del acto sexual), unos mucho más extremos que otros. Solo queda del sexo servidor si aceptar o no.
¿Qué te preocupa de tu trabajo?
Me preocupan mucho las enfermedades de transmisión sexual, aunque no lo creas, me provocan miedo. Nos exponemos mucho a problemas con personas envueltas con personas del bajo mundo.
«Allí van muchos “títeres” que los andan vigilando para matarlos»
Por eso yo no voy los fines de semanas que es cuando más se gana, me preocupa mucho que me vayan a dejar pegado allí.
Aunque Michael asegura que en todas sus relaciones sexuales utiliza protección, esto no lo libra del miedo a ser contagiado por alguna enfermedad. Además, confiesa teme por su vida, debido a la frecuencia en que asisten delincuentes al lugar, y que por rumores callejeros, son buscados para ser asesinados. Situación que lo a llevado a ausentarse durante los días que estas personas asisten más.
¿Consideras en un futuro dejarle saber a tus hijos sobre tu trabajo?
Sí, ellos siempre van a saber de mí la verdad. Que sepan lo que hice por ellos.
Michael asegura que sus hijos no le rechazarán por su trabajo, ya que fue una decisión que tomó para sacarlos adelante. De rechazarlo, continuará brindándole los mejores valores que a también a él le fueron inculcados.
¿Qué desearías lograr con lo que ejerces?
Yo no quiero esto, he buscado trabajo en otros lugares y nunca te llaman. Incluso, quisiera entrar al Army. Me gusta lo que hago porque me satisfago sexualmente, pero me preocupa mucho lo que me pueda pasar. Mi esposa quiere que continúe en esto porque gano bueno.
“La verdad no me siento feliz. Solo lo hago para tener a mis nenes al día con todo”
Según Negociado de Estadísticas del Departamento del Trabajo y Recursos Humanos del Gobierno de Puerto Rico, la tasa de desempleo ajustada estacionalmente en julio de 2017 fue de 9.8%. Esto representa una reducción de 1.7 puntos porcentuales menos al comprar con julio de 2016 (11.5%).
A pesar de dicha disminución en el desempleo, por un análisis visual, podemos concluir que aún muchos prefieren continuar su trabajo de sexo servidores. En algunos casos debido a la falta de estudios, no cuentan con los requisitos necesarios para un puesto, otros como Michael, prefieren conservarlo, ya que representa el doble y en algunas ocasiones el triple de lo que pudiera generar en un empleo regular con un salario mínimo de $7.25.