Por: Jorge L. Soto-Rivera (jorge.soto16@upr.edu)
En los últimos años, la comunidad LGBTTQI+ en Puerto Rico ha vivido una ola de violencia que ha resultado en el asesinato de siete personas trans. Sin embargo, la comunidad continúa en pie de lucha por obtener un trato equitativo social en Puerto Rico.
En el 2009, el 31 de marzo específicamente, se celebró por primera vez el Día de la Visibilidad Trans, en el que se reconocieron las aportaciones de las personas transgénero y la importancia de fomentar y apoyar la necesidad de hacerles visibles en sectores sociales, como la política pública y los sistemas educativos.
En Puerto Rico, similar al resto del mundo, esta comunidad enfrenta a diario rechazo en un país donde se genera una cultura mayoritariamente patriarcal y los discursos machistas, y la desigualdad son la orden del día. Según El Nuevo Día, entre 2020 y 2021, han sumado a siete los asesinatos de miembros de la comunidad trans, muchos de los cuales siguen sin ser esclarecidos.
Lucha y erradicación de barreras que imponen los sistemas, así lo describen las entrevistadas de esta comunidad, para definir lo que para ellas significa ser trans.
Vocera desde pequeña
“A los 14 años tomé la decisión de transicionar, no la decisión de ser trans, porque tú no decides eso. Pero sí decides transicionar”. Así expresó la joven estudiante.
Daniela Victoria Arroyo es ante todo, una mujer trans, pero a la lista de roles también se suman ser activista y estudiante de Relaciones Públicas y Publicidad en la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras. Ella ha servido de voz para la comunidad trans desde temprana edad. Precisamente a los 14 años comenzó a desarrollar sus habilidades comunicativas por medio del activismo cuando dio inicio a su transición de género. Ahora dice que desea continuar en el activismo, pero desde otro ámbito distinto, con fines de provocar un cambio social desde el campo de las comunicaciones.
Tres logros activistas
Con solo 16 años, apareció en las primeras planas de la prensa de Puerto Rico. Contó su historia y la vez contribuyó a que se visibilizara por primera vez una menor de edad trans en las escuelas y al activismo de esta comunidad. Uno de los factores que afecta a estas personas es el mal uso y la falta de respeto y empatía con relación al uso de los pronombres correctos que deben utilizarse para dirigirse a ellos/as.
En julio del 2018, junto a Victoria Rodríguez Roldán y la organización “Puerto Rico para tod@s”, Daniela participó en un colectivo para demandar al gobierno de Ricardo Rosselló para que el Registro Demográfico les aprobara cambiar el género en sus certificados de nacimiento. Con mucha lucha y esfuerzo, la ganaron.
En el 2019, dio un paso que describe como: «su experiencia de validación para su vida”, obteniendo el “callback” para la competencia de Miss Puerto Rico. No pudo obtener el pase para la siguiente fase de la competencia, pero tomó esa experiencia como activismo porque nunca antes se había visto este tipo de representación en el certamen local.
“Esa experiencia fue de mucha validación tanto para mí como mi comunidad, y fue también como parte de mi labor activista”.
Para Daniela, es importante tener una mentalidad propia y de lo que es genuino, lo que realmente viene de adentro. Su consejo más grande para otros jóvenes es que no tengan miedo de escucharse a sí mismos, a pensar en sí mismos y actuar por sí mismos, sin importar la edad que tengan. No importa si están rodeados de personas más adultas que crea que tengan más conocimientos, lo importante es cómo se sientan.
Ambiente conservador
En términos de su crianza y juventud, dice provenir de un espacio conservador en donde las personas no entendían el significado de la palabra trans y solían faltarle el respeto. Todo implicó un proceso de aprendizaje tanto para ella como para su familia. Fue un reto incentivar el respeto en la escuela para que se validará su humanidad.
“El hecho de que me atreviera a ser yo misma en ese espacio, de que no se me permitiera ser la persona que era y que soy… eso en sí era un acto de activismo porque estaba demostrando esa fuerza de no cambiarme a mí, sino cambiar a esas personas a mi alrededor quienes son los que tienen que adaptarse a las personas trans. Somos una realidad, somos seres humanos y especialmente cuando estamos hablando que está en la escuela, tienes que respetar su esencia”.
Consciente de sus privilegios
A pesar de ser una mujer trans, Daniela admite gozar de muchos privilegios que quizás otras mujeres trans, no. Uno de estos es el acceso a la educación y el apoyo familiar, que para ella son privilegios grandes de los cual se siente afortunada.
De los retos que enfrentan las personas trans son el buscar y recibir servicios de apoyo y salud. Por ende, la capacitación a profesionales de la salud es una de las formas de lograr que el apoyo sea accesible.
Daniela desea utilizar sus privilegios para hacer algo más grande con ellos porque entiende que le da significado a su vida. Entiende que toda persona que tenga un privilegio debe usarlo para ayudar a otras personas que no lo tienen.
Generación activa
“Ser trans es romper esas barreras que el sistema pone en nosotras…ser trans es ser valiente”, expresó Mila Hellfyer.
Así como Daniela Victoria Arroyo, Mila Hellfyer es otra joven trans activista y estudiante de Mercadeo con segunda concentración en Economía y un minor en Mujer y Género, en la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras. Considera que ser trans está fuertemente ligado a cómo se presenta uno ante las personas y cómo desea uno ser reconocida ante los demás. Considera así su expresión de género transgresiva “fem” ante una sociedad que vive bajo el ojo y el dominio patriarcal.
Mila se visualiza como profesora de Economía con estudios feministas y ‘queer’ para, de esta manera, crear modelos económicos trascendentales, equitativos e igualitarios para todos y todas. Su fin es ir en contra del gobierno capitalista que produce desigualdad social hacia las minorías y hacia la comunidad trans. Su meta es establecer un modelo que pueda unir las distintas opresiones y combatirlas.
Indiferencia en espacios cotidianos
Mientras iba descubriendo su identidad, fue víctima de mucha violencia en espacios académicos, no se le tomó en serio por su identidad y se le trataba distinto a las mujeres cisgénero, es decir, heterosexuales.
Este fue el motor que dio inicio a su proyecto llamado “House of Hellfyer”, destinado a proveer viviendas a personas trans. Sus experiencias de violencia desde temprana edad la motivaron a crear este plan que consiste en ayudar a jóvenes de la comunidad LGBTQIA+ que sean rechazados o sin hogar.
Sus padres son fanáticos religiosos y creyeron que las terapias de conversión a las que fue sometida de 12 a 16 años, podrían “ayudar”. Recuerda esta memoria como un proceso hiriente y sostiene que son procesos que nadie debe pasar en ningún momento. Como activista, Mila exhorta a la juventud que se encuentre pasando por el mismo proceso o similar que busquen personas que de verdad los amen, grupos ‘queer’ o activistas, que son personas que brindan apoyo en cualquier momento.
Ojo investigativo
“El debate trans comenzó hace 70 años”. Así expresa la investigadora puertorriqueña Melisa Soto, quien se encuentra culminando su doctorado en la Universidad de Radboud en Holanda y ha dedicado 13 años de su vida a investigar y conocer sobre la comunidad trans, que es su tema de tesis. Para Melisa, la comunidad trans se ha visto involucrada en un constante debate sobre las necesidades y derechos que necesitan en distintas áreas, tanto en Puerto Rico, como en distintas partes del mundo.
Su primer contacto con la comunidad ocurrió cuando se encontraba completando su bachillerato en la Universidad de Puerto Rico, conoció a unas amigas trans a las que ella nombra como su “familia escogida” y se concientiza sobre la importancia de contribuir con saberes sobre el tema, que para el 2006 (momento que se encontraba estudiando), no eran tan visibilizados como ahora.
Limitación de atención y servicios médicos
A mediados del 2005 y 2006, Melisa recuerda cómo a sus amigas trans se les hacía difícil acudir a tratamientos de servicios médicos limitados en Puerto Rico. Esto añadido al gran estigma y el rechazo general que experimentaban por parte de muchos médicos.
Según el Centro Nacional para la Igualdad Transgénero, Puerto Rico cuenta con una cantidad aproximada de 30 mil personas de la comunidad trans. Actualmente, la isla cuenta con solo dos clínicas especializadas que brindan servicios médicos a este colectivo.
Origen del contexto trans
Para los años 50 y 60 se originaron muchos argumentos éticos sobre la vida humana. Holanda curiosamente representó uno de los primeros países junto a Bélgica y Alemania que crearon y expandieron ese conocimiento con relación a la comunidad trans, que luego fue compartido por todo el mundo.
La danesa Lili Elbe fue la pionera en someterse a una cirugía de transición. En Netflix se puede encontrar la película ‘Danish Girl’ en donde se relata la vida de la pintora que tomó esta iniciativa a mediados de los años 1950.
Terminología
La controversia y el poco entendimiento que aún existe y rodea a esta comunidad origina desde el desconocimiento. El debate general de ¿qué es una persona trans? no es nada nuevo. Mientras más se indaga en la historia terminológica, puede uno darse cuenta que existían desde mucho antes las palabras: trans, transexual y transgénero. Lo interesante es ver cómo los conceptos asociados con este fenómeno tan humano y la forma que se ha intentado definir, han ido cambiando con el tiempo.
Toda esta investigación para Melisa ha sido un tanto incómoda e intensa, porque, según ella, «lo hace de forma responsable». Su norte es buscar cómo entender la información académica y científica sin invalidar la experiencia de esas mismas personas. Espera contribuir con su investigación al bienestar de estas personas.
“Como mujer cis esto se volvió una obsesión porque deseaba entender algo que no entendía porque no lo vivía. Intentando mover más allá del interés por conocimiento y empujarse a qué es lo que le beneficia a la comunidad, qué necesitan, cómo puedo maximizar las voces… Ese ha sido el reto.”
Necesidad de un nuevo sistema
Tanto Daniela, como Melisa y Mila, todas comparten la misma idea: entienden que es necesario crear un nuevo sistema educativo con perspectiva de género que sea inclusivo con la comunidad.
“La educación con perspectiva de género y en todo aspecto, es necesaria. Educar sobre este tema es de las primeras almas a combatir la violencia”, expresó Mila Hellfyer.
Me encantó
Tremendo trabajo investigación y muy interesante el conocer todo ese trasfondo. Felicidades Jorgito me encanto. Éxito