Por: Wilmarie Mena (wilmarie.mena@upr.edu)
Para la mayoría de puertorriqueños, hablar de los taínos nos remonta a los salones de clase de historia en que nuestras maestras de escuela intermedia nos contaban que esta etnia indígena caribeña constituye los primeros habitantes de nuestra isla, que desafortunadamente vivió poco, ya que fue exterminada ante la llegada de los colonizadores españoles en el siglo XV. Para otras personas, sin embargo, el legado taíno sigue existiendo y representa una unión cultural más fuerte que nunca antes.
El líder de esta tribu de neo-taínos es el cacique Caciba Opil, cuyo nombre significa jefe sagrado de la roca del espíritu. La misión del Concilio taíno Guatu-Ma-cu A Borikén, al que pertenece, radica en retumbar con sus areitos -palabra taína que significa ceremonia- las Plazas de los Centros Ceremoniales Indígenas y las de su finca en Cayey. Lo cierto es que en Puerto Rico, desde fines del siglo XX, existe un auge por el reclamo de la herencia taína. Son varias las interrogantes que surgen a raíz de ese interés por parte de ciertos grupos a revivir este legado étnico.
¿Qué causas generan ese entusiasmo en la sociedad puertorriqueña? ¿Cómo se forma este concilio taíno? ¿Se les puede considerar una tribu indígena o se trata de una nueva corriente neo-taína?
Llámese como prefieran, la realidad es que el legado taíno perdura en la actualidad y no fue hasta que me aproximé a su realidad, que pude corroborarlo en situ.
Aquél día Caciba Opil acaparó el centro de la Plaza Ceremonial de Caguana, en Utuado. Su voz entonó un canto que se dispersó entre el incienso que rodeaba los instrumentos musicales. Las mujeres taínas, en reverencia, formaron la más recta de las líneas. Los hombres del Concilio Taíno, con pasos firmes, salieron de los arbustos y se alinearon justo al lado de su jefe. Los ojos de los visitantes y de los niños brillaban con la más tierna ilusión. Rápidamente, quienes guardaban sus cámaras, no dudaron en buscarlas y los obturadores sonaban una y otra vez, tras la euforia de los espectadores de presenciar un areito taíno en vivo.
Permanecí en un arbusto cercano a la Plaza Central donde aconteció tan hermosa presentación. Transcurridas varias horas, los integrantes del Concilio comenzaron a cambiarse de ajuar y con excepción de sus rasgos indígenas, los mahones y polos que ahora vestían, podían hacerlos pasar por cualquier otra persona.
Me acerqué a conversar con ellos. Le pregunté sobre su vida cotidiana y su tiempo libre. Me contestaron que muchos son universitarios, otros tienen sus empleos tradicionales dentro de la sociedad corriente y algunos residen fuera de la isla. Destacaron que semanalmente se reúnen en una finca que consideran su yucayeque, palabra taína que significa aldea o pueblo.
Con mucho entusiasmo, me invitaron a visitar su finca situada en Cayey. Allí conocí a Martin Veguilla, llamado en este pueblo taíno, Caciba Opil. Las mujeres del Concilio Taíno, lo eligieron cacique del yucayeque. Entre los miembros de esta alianza se considera que la mujer es sagrada y por ende, es quien toma esta elección, por poseer el poder de crear.
Con relación al entorno y a modo de reverencia, el jefe del Concilio, inhaló fuertemente y dijo: “Esta es una tierra donde nace el Río Madre -la Plata-, abunda el Tabonuco y donde se ve el mar”. Explicó que el terreno está rodeado de árboles de tabonuco, cuya resina la utilizan para confeccionar el incienso de sus ceremonias. El tabonuco, es sin duda, además del medioambiente, otra pieza clave y cultural de esta agrupación.
Precisamente entre tabonucos y en este espacio retirado, húmedo, frío y rodeado de montañas, crearon su Plaza Ceremonial Central con piedras de distintos pueblos de Puerto Rico. Además, construyen una plaza para las mujeres, que a diferencia de la central, es de forma circular. Los adultos, jóvenes y chicos, preparan por sí solos, su sistema de siembra de conucos. En medio de las plantaciones, el viento resopla las ramas de las palmas del bohío, su aposento, que tardó más de tres años en ser construido. Dentro cuelga el caparazón de una tortuga, “en promesa y agradecimiento por haber obtenido esta tierra”.
El Concilio está compuesto por niños, niñas, mujeres y hombres de Puerto Rico. También poseen una representación en Nueva York, Pennsylvania, Connecticut y Texas. Recientemente, uno de los integrantes de estos estados recibió un premio por su desempeño como bohique, o curandero.
“Nosotros somos taínos, profesamos esa cultura y practicamos las creencias espirituales taínas”, indicó Caciba Opil. “Nos educamos con las crónicas de Fray Bartolomé de las Cazas y los libros de don Ricardo Alegría. Precisamente, estas lecturas fundamentan nuestras prácticas”.
Según Guatu-Ma-cu A Borikén, la diferencia entre su tribu y los demás grupos radica en su filosofía religiosa. Enmarca que las otras agrupaciones son el producto del sincretismo con otras culturas suramericanas, de indios americanos, de africanos y otros ritos, no necesariamente inherentes a los taínos.
En ese aspecto, Laura del Olmo, directora del Programa de Arqueología del ICP, reafirmó que: “Los grupos pierden la credibilidad al realizar un sincretismo de costumbres culturales de otras partes de América”.
Por otra parte, Caciba Opil sostiene, sin embargo, que: “Buscamos ser lo más rectos posible, he leído todos los libros de don Ricardo Alegría (principal antropólogo en la isla, quien falleció hace dos años) y muchos documentos del Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP), por eso esa institución nos reconoce y nos respalda”. Añadió que son el único Concilio inscrito en el Departamento de Estado de Puerto Rico.
Espiritualidad Religiosa
Por su parte, Osvaldo García Goyco, arqueólogo especializado en temas religiosos, reaccionó a la espiritualidad que manifiestan los integrantes del Concilio y confirmó, que “ellos realmente lo viven y manejan el tema con seriedad”. Fundamentó que el Concilio Guatu-Ma-cu A Borikén se caracteriza por presenciar las charlas que él ofrece, por leer y estudiar, para mostrar sus representaciones lo más auténticamente posible.
Ante las vivencias espirituales que ha experimentado Caciba Opil, Goyco precisó tomarlas de forma muy seria, ya que son experiencias personales. También recuerda que en las crónicas, los caciques tenían sus visiones. Puntualizó que son situaciones que no se pueden medir científicamente, pero sí se pueden manifestar con respeto.
“Las personas visualizan estos grupos como algo folclórico, pero yo lo veo como algo más allá”, destacó García Goyco.
Linaje y genética taína
En 2005, Juan Carlos Martínez Cruzado, doctor en genética y biología de la Universidad de Harvard, presentó sus hallazgos sobre la contribución taína a la genética boricua. Manifestó que entre los proyectos que ha trabajado figura el ADN mitocondrial, trasmitido únicamente de manera matrilineal. Explica que “este ADN se encuentra fuera del núcleo de la célula, en un orgánulo conocido como mitocondrio”.
El doctor asegura que a pesar del mestizaje génetico de los puertorriqueños, nuestro ADN mitocondrial no se mezcla y puede identificarse como africana, indígena o caucásica. De ahí comenzó a estudiar el ADN mitocondrial de origen taíno, cuyo descubrimiento estableció que en nuestra Isla, existe una frecuencia de un 61%, en los 800 participantes.
Según el geneticista Martínez Cruzado, graduado de Harvard, “Desde antes de mi investigación, ya este interés y estos grupos estaban en Puerto Rico. La verdad es que cuando las personas iban a realizarse el ADN mitocondrial (para confirmar su herencia indígena) y los resultados dictaban que tenían origen taíno, hasta me daban abrazos, besos y brincaban. Entiendo que es algo cultural”.
El especialista en biología y genética establece que el Concilio Guatu-Ma-cu A Borikén, decidió realizarse las pruebas en su laboratorio, sin embargo, el grupo no obtuvo unos resultados muy altos, en comparación con el resto de la sociedad puertorriqueña. Puntualizó, que a diferencia del resto de nuestra población ellos viven, aman y disfrutan el preservar parte de nuestra cultura taína y lo toman de un aspecto más espiritual y propio.
A su vez, José Alberty Monroig, historiador y miembro de la Junta de Directores del ICP, resaltó que el incremento de estos grupos se produjo cerca de la década del 80, por la gran cantidad de hallazgos arqueológicos, de bateyes y plazas y por las investigaciones que revelaron informaciones nuevas. Según él, otro factor que marcó este entusiasmo, fue el estudio de Martínez Cruzado, del ADN mitocondrial, que llevó a distintos sectores a reclamar su herencia taína.
¿Se le reconoce oficialmente a este concilio taíno?
Según el historiador García Goyco, “A través del ADN mitocondrial, estos grupos adquieren una visión de declararse taínos viviendo en el siglo XXI y que es ahí donde surge el debate ¿Verdaderamente son reconocidos por el Estado como una tribu indígena? (…) el Estado y el ICP, reconocen sus aportaciones culturales y su labor educativa al pueblo de Puerto Rico, pero no ha existido un reconocimiento oficial como tribu indígena”.
Del mismo modo, Laura del Olmo, directora del Programa del Arqueología del ICP, estableció que: “Definitivamente, se catalogan como neo-taínos, una nueva corriente que ha recuperado el acervo cultural para que la sociedad los conozca”.
Del Olmo, entiende que es correcto que estos grupos taínos realicen sus ceremonias, sus bailes y que utilicen su vestimenta. Pero por otra parte, resultaría chocante para la gente observarlos en el diario vivir vistiendo con ropa indígena, lo que podría provocar discrimen, rechazo o burla por parte de otros.
Por otra parte, Miguel Rodríguez, arqueólogo y rector del Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe, aclaró que algunos arqueólogos no están de acuerdo con los movimientos neo-taínos, porque piensan que se está creando toda una fantasía cultural que no existe. Además plantean que el legado indígena fue uno muy particular, pero no incluye otras manifestaciones que estos grupos profesan.
Sin embargo, él no comparte ese pensamiento, pues visualiza que los diversos grupos taínos poseen una función dentro de la sociedad puertorriqueña y que ellos reclaman una herencia taína que es meritoria. Para Miguel Rodríguez, es importante respetar la posición de este Concilio, ya que se involucran en la conservación de los centros ceremoniales y de los distintos yacimientos arqueológicos.
Mientras tanto, Caciba Opil, rememoró un areito que realizaba junto a su Concilio Taíno en una Plaza Ceremonial. Narró que nunca pudo olvidar aquella señora que se mofaba de uno de los niños integrantes del Concilio. Su satisfacción fue el acercamiento hacia esta persona para mencionarle que ese niño, llevaba un buen promedio en su escuela y que era muy dedicado en las lecturas de historia. Además, le aclaró que el color de piel, no era relevante para declarar si es o no taíno. Pues cuando se realizaron los estudios de Martínez Cruzado, quedó demostrado que un alto porcentaje taíno no es el resultado de unos rasgos físicos ya de por sí estereotipados. Es decir, una persona blanca puede tener un mayor origen taíno, que una con fuertes aspectos físicos correspondientes a los indígenas.
Según el cacique del Concilio, “nuestra verdadera labor es educar a las personas que no conocen de esos temas, mostrar parte de la cultura taína con nuestros areitos y juegos de pelota y conservando lo que nos da la Madre Naturaleza”.
Del mismo modo, Laura del Olmo, Osvaldo García Goyco, Miguel Rodríguez, José Alberty y Juan Martínez Cruzado, añadieron que el legado de estos neo- taínos, radica en revivir los orígenes de los indígenas en Puerto Rico, a través del idioma, las costumbres y el ADN. Para ellos es respetable que este Concilio Taíno, intente conservar y educar sobre este acervo cultural, que por mucho tiempo nadie mencionaba y se creía desaparecido con la llegada de Colón.
Artículos y entrevistas relacionados:
http://www.noticel.com/noticia/163769/adn-de-mujeres-tainas-prevalece-en-la-genetica-de-los-puertorriquenos.html
http://www.uprm.edu/news/articles/as2008009.html
http://www.vozdelcentro.org/2009/11/15/la-contribucion-taina-a-la-genetica-boricua/
http://conciliotainopr.org/mission.ingles.htm