Puerto Rico enfrenta una crisis económica impagable según los expertos, sin embargo, aún así existe la posibilidad de que la solución esté donde menos se imagina.
Por: Reuel Torres Vargas (reuel.torres@upr.edu)
El pasado martes, 30 de enero a las 10:00 am en la Universidad de Puerto Rico en Arecibo (UPRA) se celebró el conversatorio “El buen uso del Cannabis Medicinal” organizado por los estudiantes pertenecientes a la asociación Tinta Digital del Departamento de Comunicación Tele-Radial. Como recurso invitado estuvo la licenciada Shadiff Repullo en representación de la organización Free Juana y el licenciado José A. Rivera, propietario del Health Clinic Cannabis Dispensary en Barceloneta.
La actividad tenía como propósito educar y aclarar dudas con relación al buen uso del cannabis medicinal y resaltar las diferencias que existen entre la marihuana obtenida de manera ilegal y la procesada de modo orgánico para propósitos de salud. Además, se presentaron los procesos para certificarse como paciente en las nuevas clínicas que rodean la isla.
Al conversatorio se dieron cita sobre 60 personas, entre ellos estudiantes, profesores y visitantes interesados en el tema.
El licenciado dio comienzo con tres preguntas que mantuvieronal público en silencio durante unos segundos: “¿Quiénes creen que se deba legalizar la marihuana? ¿Cuántos conocen alguna persona que la consuma? ¿Y cuántos han utilizado la marihuana? Solo quiero que vean que estamos más ligados a la planta que lo que ustedes creen”, aseguró el licenciado José Rivera, quien también compartió que es paciente autorizado por el Departamento de Cannabis Medicinal.
“La idea de esto, no es que se arrebate (el paciente), sino que pueda calmar sus dolencias”, expresó el licenciado y dueño del primer dispensario de cannabis medicinal en Puerto Rico.
Explicó que el dispensario que recientemente abrió sus puertas en Barceloneta es una compañía como lo es cualquier otra y cuyo propósito es atender al paciente y ofrecerle un producto de primera calidad siempre y cuando cualifique.
El medicamento se ofrecerá a mayores de 21 años de edad con aprobación de un doctor y en el caso de los niños, con la aprobación de dos doctores. El producto solo será ofrecido al paciente que cuente con receta de su médico y se venderá en lociones, aceites, la flor, vaporizada, pastillas, entre otros. Se despachará una dosis máxima de onza y media por paciente.
En cuanto al costo, el precio de un gramo comienza en $20. Si hacemos la conversión, 28 gramos equivalen a 1 onza, la porción recomendada según los expertos. Esto quiere decir que 1 onza tendría el valor de $560.00. Por otro lado, el costo dependerá de cómo el paciente desee el medicamento; si desea la flor el costo será $20.00, pero en el caso de las píldoras, cremas o vaporizadores, estos productos tendrán un costo adicional.
Según Rivera se espera que estos precios eventualmente disminuyan para que toda la población tenga acceso al medicamento.
La estudiante Alexandra Sanabria, quien moderó el evento junto a Héctor G. Román, preguntó a los licenciados su postura acerca de una posible negación del gobierno en poder y el presidente Trump con relación a los logros obtenidos hasta el momento en la industria del cannabis.
“Veamos cómo le va a los políticos que se atrevan”, expresó Rivera con mucha seguridad. La licenciada, por otra parte sostuvo que eso nunca sucederá.
Por otro lado, la licenciada se mostró indignada con relación al tema de la descriminalización y su estrecha relación con el racismo en Puerto Rico. “La marihuana es la excusa, la razón para el arresto, muchas veces es el color de piel”, expresó en torno a las estadísticas de la mayoría de arrestos que se producen por poseer o consumir la droga. Asimismo añadió que el 90% de los arrestos en Puerto Rico están relacionados a drogas y la marihuana ocupa el primer lugar.
Rivera afirmó que no hay otro método para combatir la criminalidad en el país que sea tan eficiente como la educación. Hasta el momento el plan de trabajo que ha presentado el Departamento de Justicia no ha sido eficiente. «¿Cuándo en la historias se ha visto que la prohibición haya funcionado para el desarrollo de un país? “¡Nunca!”, recalcó.
“La educación juega un papel muy importante en este proceso; el público en general está cansado de que las grandes industrias de fármacos jueguen con su salud y su bolsillo”, reiteró Rivera.
Para concluir la actividad el licenciado pidió a los presentes reflexionar sobre el derecho que se tiene como individuos en el mundo: “Hasta cuándo permitiremos que nos digan qué hacer con lo que la naturaleza nos ha brindado”.