Por: Ashley Delgado (ashley.delgado2@upr.edu)
¿Cuantas veces te has distraído de aprender algo por estar enganchado(a) a la pantalla del teléfono? Para muchos la respuesta es: constantemente, pues es fácil notar que los jóvenes universitarios se distraen fácilmente con los celulares en el salón de clases.
Sabemos que los teléfonos móviles son muy eficientes a la hora de poder contactarnos en situaciones de emergencia o buscar información a través del internet. No obstante, el uso de los celulares en la sala de clases desvía la atención de los estudiantes y pudiera afectar su aprendizaje.
Según un estudio de la Universidad de Baylor en Texas, las estudiantes universitarias pasan un promedio de diez horas diarias pegados a la pantalla del teléfono mientras que los varones oscilan entre las ocho, hecho que resulta, sin duda alguna, en un pobre desempeño académico. El estudio publicado en el Journal of Behavioral Addictions, confirma que el 60 por ciento de los estudiantes admitió que posiblemente sí eran adictos al celular.
Por otra parte, el envío de mensajes de texto es el mayor uso que hacen del celular con un promedio de 94.6 minutos al día. El envío de correos electrónicos ocupa 48.5 minutos al día y la revisión de Facebook 38.6.
A través de este estudio podemos notar que el uso de los teléfonos y sus aplicaciones es demasiado e incluso exorbitante en comparación con el tiempo que los estudiantes dedican para leer o estudiar. Entonces, ¿porque abusamos grandemente de éste aparato electrónico?
Un estudio de caso realizado por estudiantes de la Universidad Politécnica de Namibia, demostró que el permiso de utilizar el teléfono en los salones es la mayor tentación para usarlos. Los mismos concluyen que esta distracción se da mayormente cuando se desinteresan en el tema que está siendo discutido.
Según la psicóloga Iris J. Tous Fernos, quien realizó una maestría en Psicología Clínica, el uso de los teléfonos móviles puede llegar a constituir una adicción. Podemos inferir que la persona está adicta si se siente ansiosa cuando no tiene el aparato consigo o pasa mucho tiempo sin el mismo. Una de las señales que puede sugerir que la persona ha creado una dependencia es cuando los familiares o parejas se quejan de la poca atención que estos les brindan por el uso del celular. También el poco tiempo que le dedican al sueño es un indicador de la adicción.
La psicóloga Tous hace una sugerencia para lidiar con la adicción de los teléfonos móviles:
“El locus de control interno” consta del propio individuo. Ejemplo, cuando un estudiante va a estudiar apaga el teléfono o lo pone en silencio para evitar distraerse. Este control conlleva madurez, salud mental e inteligencia emocional. Si el control interno no funciona, se practica el locus de control externo en el cual los familiares o profesionales intervienen para poner los controles que el individuo no posee. Por esta razón sugiere que las instituciones universitarias deben pongan límites de señal o wifi en los salones de clases. De esta manera se evita que el estudiante se distraiga con el teléfono. Esta medida restrictiva debe ser explicada a los estudiantes racionalmente para que ellos puedan comprender que el objetivo es beneficiarlos en su aprovechamiento académico”.
La psicóloga concluyó que a pesar de ser una responsabilidad propia, los padres también pudieran fomentar el uso de los teléfonos a sus hijos. “Los mismos utilizan los celulares para distraer a los niños mientras ellos están ocupados pero la realidad es que están entregándoles un artefacto poderoso a muy temprana edad. Cuando se le provee un celular a un joven se sugiere realizar un contrato que explique porque se le está entregando y en qué lugar utilizarlo.
El avance tecnológico de los celulares se consideraba positivo en su inicio por el acceso a la información pero el bullying y otros usos equívocos de éste aparato han causado que se tomen medidas restrictivas. Esto para el beneficio de la salud mental y las relaciones interpersonales de los seres humanos.
Es muy importante reconocer que nosotros controlamos a los medios y no dejar que ellos nos controlen. Por lo tanto, el uso de los teléfonos móviles debe de ser altamente observado por los padres, maestros y profesores, exigiendo que el uso de los mismos sea regulado a través de una política. Como dijo una vez Maclean: “Mientras que los teléfonos móviles y las computadoras son excelentes conductos de información, también son herramientas de distracción masiva”.
Pulse aquí para ver un video sobre este tema: https://www.youtube.com/watch?v=q15tPmT_1FU