V Campamento Mundial de la Fraternidad Internacional de Jóvenes (IYF)

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Con una agenda cultural y artística cargada, se celebró el V Campamento Mundial de la IYF por primera vez en Puerto Rico, el pasado mes de octubre. Foto: Página oficial IYF.

 

Por: Dahara Soé Abreu (dahara.abreu@upr.edu)

La mañana del lunes 19 de octubre fue una muy emocionante, pues daría comienzo el V Campamento Mundial de la Fraternidad Internacional de Jóvenes (IYF por sus siglas en inglés). Con la participación de más de 560 jóvenes, entre puertorriqueños y visitantes de sobre 20 países, el Campamento se celebró por primera vez en Puerto Rico y se llevó a cabo en el Coliseo Manuel “Petaca” Iguina en Arecibo.  En cuanto tomé la decisión de asistir al campamento, sabía que implicaría faltar una semana a la Universidad, que es algo muy difícil por la cantidad de material que se pierde. Sin embargo, decidí aceptar el reto porque sería una experiencia única de la cual quería ser parte desde que supe que se celebraría en Puerto Rico. Además, ¿qué mejor oportunidad que esta para confraternizar con jóvenes de diferentes partes del mundo, conocer sobre sus culturas y presenciar presentaciones musicales y artísticas, charlas de liderazgo, educación y otros temas de crecimiento personal?

Durante los días que duró el Campamento, todos los participantes nos reuníamos a las 8:00am en el Coliseo Manuel “Petaca” Iguina de Arecibo. El primer día me asombré de ver más voluntarios de lo que había pensado que habría. Saludé a los amigos que había hecho durante las pasadas semanas en las reuniones de IYF, amigos de todas partes del mundo- desde Corea del Sur, México, Costa Rica, Perú y hasta Colombia.

Con la participación de más de 560 jóvenes, entre puertorriqueños y visitantes de sobre 20 países, el Campamento se celebró por primera vez en Puerto Rico y se llevó a cabo en el Coliseo Manuel “Petaca” Iguina en Arecibo.
Con la participación de más de 560 jóvenes, entre puertorriqueños y visitantes de sobre 20 países, el Campamento se celebró por primera vez en Puerto Rico y se llevó a cabo en el Coliseo Manuel “Petaca” Iguina en Arecibo. (Foto: Lucas HeeKyu Kim)

Cuando el reloj marcó las 9:30am, ya había llegado la gran mayoría de los campistas, y a las 10:00am comenzaron a llamar por grupos para ubicarlos en subgrupos. Los grupos eran tres: FAITH, TRUTH y GRACE. Estos 3 se dividían en subgrupos del 1 al 15 y cada subgrupo tenía alguien a cargo. Mi grupo era Faith 12, cuya maestra era Mónica Gamboa de México, una joven de 25 años con muchos sueños y metas que cumplir, que jamás se imaginó que vendría a nuestra isla a ser parte de este evento tan especial. Ella nos contó que desde los 20 años es voluntaria de IYF y ha podido visitar varias partes del mundo e incluso, sus 2 hermanas también pertenecen al programa de voluntariado.  Luego de esto, nos dedicamos a conocernos mejor todas; al grupo ser de chicas, se hizo mucho más fácil la interacción.

Dahara con sus nuevas amigas en el Campamente de IYF. (Foto: Mónica Gamboa)
Dahara con sus nuevas amigas en el Campamento de IYF. (Foto: Mónica Gamboa)

Éramos 14 chicas, la mayoría entre los 14-16 años. Yo era de las mayores, junto con mi amiga Seo Mire y Arleni de la Republica Dominicana. Nos leyeron la agenda y nos informaron que podíamos participar en uno de los talleres a celebrarse: clases de coreano, japonés, francés, baile o taekwondo. Yo elegí participar en el taller de coreano, en el cual nos enseñaron varias palabras y frases básicas como: “hola”, “¿cómo te llamas?”, “me llamo Dahara”, “buen provecho”, “gracias”, entre otras. ¡Fue muy divertido!

Luego del taller, a las 2:00pm ya todos reunidos nuevamente con nuestros respectivos grupos, comenzaron con varias presentaciones culturales, bailes de África, India y por supuesto, Puerto Rico. Un grupo de baile muy talentoso de Arecibo, presentó nuestra bomba, plena y salsa. Verlos sobre el escenario me llenó de gran orgullo y se me hacía difícil quedarme quieta por toda la música que me entraba por las venas. Tomé mi tiempo para explicar y señalar cada pieza de baile a Mónica y Mire, quienes admiraban nuestra cultura y su emoción al ver cada presentación, me llenó también de alegría.

Espectáculo de bailes puertorriqueños se presentaron en el Campamento de la IYF el pasado mes de octubre en Arecibo.
Espectáculo de bailes puertorriqueños se presentaron en el Campamento de la IYF el pasado mes de octubre en Arecibo.

Después de las presentaciones participamos de una conferencia del Mundo del Corazón, que nos exhortó a abrir nuestros corazones a las demás personas. A eso de las 5:00 terminó la conferencia y fuimos a cenar. La comida el primer día consistía en arroz con gandules, ensalada y pernil. Me alegró ver un menú tan navideño a pesar de que era octubre, ya que la mayoría de los presentes nunca había estado en Puerto Rico y mucho menos en nuestra época más característica, en la cual los boricuas festejamos orgullosamente.

Como parte de las actividades durante el día, también se enfatizó el ejercicio físico. Corrimos prácticamente todo el estacionamiento del “Petaca” Iguina, donde nos esperaban distintas estaciones en las cuales realizábamos diversos juegos que fomentaban la cooperación y el trabajo en grupo. Luego a las 5:00pm cenamos y a las 6:00pm, comenzó la Inauguración Oficial del World Camp, que contó con varias presentaciones, tales como demostraciones de taekwondo, el tradicional “baile de abanicos” de Corea del Sur y el espectacular coro, quien nos sorprendió interpretando nuestra canción, “En mi viejo San Juan”. Esta interpretación fue tan magistral, que tuvo como respuesta una gran ovación de parte del público presente. Pulse aquí para ver el video.

El Coro Gracias interpreta En mi Viejo San Juan durante el V Campamento de la IYF en Arecibo (octubre de 2015).
El Coro Gracias interpreta En mi Viejo San Juan durante el V Campamento de la IYF en Arecibo (octubre de 2015). Foto: Página oficial IYF.

El tercer día, finalmente llegó el momento de celebrarse la tan esperada Cantata Navideña. A eso de las 6:30pm, la espera por fin había terminado. Entramos al Coliseo y nos sentamos en nuestros respectivos asientos con nuestros grupos para disfrutar de este evento musical, que estuvo espectacular de principio a fin. En la Cantata pudimos disfrutar del verdadero significado de la Navidad por medio de dos historias; El nacimiento y Ana la niña de cerillos. En estas historias los integrantes del Coro Gracias nos impresionaron con sus destrezas al actuar en español, baile y canto. También nos deleitaron con varias piezas navideñas e incluso, algunas canciones como “Ojalá que llueva café” del reconocido Juan Luis Guerra.

El cuarto y último día, era uno lleno de alegría y nostalgia. Alegría porque ese día nos llevarían de turismo interno. Nostalgia porque sabía que sería el último día que estaría allí con mis nuevas amigas y aunque muchas de ellas eran puertorriqueñas y las podría volver a ver, sabía que extrañaría a mis chicas internacionales. Ese día la agenda fue diferente. Durante la mañana, el Coro Gracias interpretó varias piezas para nosotros. No dejaban de sorprendernos cada vez más; no por nada se considera uno de los mejores coros del mundo. Luego del almuerzo, salimos para nuestra gira, que consistía en visitar la plaza de Arecibo, la Estatua de Colón y el Faro de Arecibo. Poder llevar a los extranjeros a conocer estos lugares emblemáticos de nuestro pueblo me llenó de orgullo y satisfacción; de hecho siento que me lo disfruté mucho más que si hubiera ido un día cualquiera.

Después del turismo y cenar, las guaguas nos transportaron hasta el Coliseo de Manatí donde se llevaría a cabo el cierre del campamento a las 6:00pm. El cierre transcurrió de maravilla, con enérgicas presentaciones de IYF y el Coro Gracias. Cuando culminó todo a eso de las 9:00pm fui y dolorosamente aguantando con todas mis fuerzas las lágrimas que querían salir de mis ojos, y abracé por última vez a mis compañeras, a mi maestra de grupo Mónica, y por últimos pero no menos importantes a Gloria, Jaret, Valery, Inyoung y Mire. Lo que más me dolió, fue no haberme podido despedir de mis amigos Samuel, Diego, Lucas, Omar y Alexander. Pero ya me prometieron que volverán. No sé cuándo será ese día pero aquí los estaré esperando con los brazos abiertos. En fin, el Campamento Mundial me hizo crecer como persona, aprendí mucho sobre cómo enfrentar mis problemas en la vida y como abrir mi corazón a las demás personas. ¡No puedo esperar a participar de un próximo campamento de IYF, pues simplemente fue una experiencia única!

 

Dahara Soé Abreu
Author: Dahara Soé AbreuEstudiante de Comunicación (dahara.abreu@upr.edu)

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