Por: Raymon A. Sánchez Mercado (raymon.sanchez@upr.edu)
¿Te has preguntado en algún momento: ¿para qué se escribe?, ¿por qué se escribe? y ¿cómo se escribe?? Con la siguiente retórica, la periodista argentina Leila Guerriero comienza su libro Zona de Obras, en el que recoge ensayos, crónicas, entrevistas y columnas, que ayudan a reflexionar sobre estas cuestiones literarias. A pesar de su éxito como autora, según Leila, confeccionar textos no es tarea fácil. Dice ella que cada texto se compone se cuatro partes: la preparación, el reporteo, la selección del material y luego, la escritura. “Escribir es como correr un maratón: es horrible pero necesitas terminar”.
Nació en Juanín, Argentina el 17 de febrero de 1967, y desde muy chica sintió la necesidad de escribir, lo que la ha llevado a ser una escritora y periodista destacada con una visión propia sobre el oficio. Por su don con la pluma ha recibido premios como el de Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI) para el año 2010 y, en 2014, le fue otorgado el diploma al mérito por la Fundación Konex bajo la categoría de crónicas. Actualmente sus trabajos son publicados en diversos medios y revistas de Europa y América Latina como Malpensante, Etiqueta Negra y La Nación.
«Escribí siempre, desde muy chica. En cuadernos, en el reverso de las etiquetas, en blocs, en hojas sueltas, en mi cuarto, en el auto, en el escritorio, en la cocina, en el campo, en el patio, en el jardín. Mi vocación, supongo, estaba clara: yo era alguien que quería escribir», expresa la periodista.
Por medio de la reflexión constante, Leila Guerriero ayuda a entender el por qué de su vocación, hacia dónde desea llegar y a quiénes busca impactar. Es de esta manera en que nos presenta «Zona de obras», publicada por Anagrama en el año 2014, en donde busca defender y proponer un periodismo comprometido y reflexivo. De igual forma desea fomentar en los periodistas la pasión que debemos sentir por lo que hacemos.«El periodismo narrativo es muchas cosas pero es, ante todo, una mirada- ver, en lo que todos miran, algo que no todos ven- y una certeza: la certeza de creer que no da igual contar la historia de cualquier manera», comenta Guerriero en su escrito «Más allá del adjetivo perfecto».
Para Leila el periodismo es más que una mirada: es arte y un género literario en sí mismo. Es de esta manera que ella insiste que un escrito periodístico representa más que unas simples letras plasmadas en un papel. Cada texto, dice la especialista en temas culturales, debe ser llevado a su máximo potencial y esto implica emplear una estricta metodología como periodista: la revisión implacable.
“Durante mucho tiempo pensé que la tarea de un periodista consistía sobre todo, en ir, ver, volver y contar. Después, un día del año 2006, sonó el teléfono en mi casa e hice por primera vez, lo que haría después tantas otras veces: ser, además de alguien cuyo oficio consiste en ir, ver, volver y contar, en alguien que se pregunta por qué hace lo que hace, como hace lo que hace y para qué hace lo que hace”, manifiesta Guerriero en su escrito “El atardecer en un plato”.
Leila dice lo que quizás no debe decir y vive para preguntar y contar historias. Sus textos son poco comunes y más que nada representan un proceso de reflexión interna sobre las razones detrás del oficio.
Este fue “un recorrido por la zona de obras, ese espacio destripado por la maquinaria pesada, donde los cimientos todavía no están puestos y la cañería a cielo abierto parece la tráquea de un dinosaurio sin esperanzas. Un paseo por el caos, un vistazo al momento en el que todo puede derrumbarse para siempre o transformarse en una canción que quizás, valga la pena”, expresa Leila Guerriero. Para conocer sus mejores trabajos, pulse aquí.