Por: Albert Huertas (albert.huertas1@upr.edu)
“Si buenas, estoy buscando una nevera para mi hogar; acabé de comprar una casa y necesito una”, expresó una señora temprano una mañana al entrar en una conocida tienda de enseres. Muchas de las historias de estas neveras dan comienzo de esta manera, aunque luego terminan de una muy diferente. Aquella nevera que fue utilizada por más de diez años consecutivos, finalmente llegó al día en que no aguantó más. Por esta razón su dueña la removió de su hogar, pues aquél enser cubierto en óxido había llegado a su fecha de expiración.
La dueña, ante esta situación de quererse deshacer de su frigorífico, decidió conducir hasta una esquina de su comunidad y ahí en medio de la maleza, la dejó, abandonada, donde muchos otros también dejan su basura. Se llaman basureros clandestinos y además de desencantar nuestros entorno, posan una grave amenaza para el medioambiente. Con el paso del tiempo, esta nevera llegó a orillas del Rio Viví de Utuado, contaminado así la naturaleza, los animales y los demás cuerpos de agua. No obstante, no se encuentra sola, pues anda acompañada de un carro hecho chatarra, unos microhondas, una vieja estufa y varias de sus hermanas.
Uno de los graves problemas que enfrentamos a diario y cuya problemática va en ascenso, es el manejo indebido y la práctica negligente de los desperdicios sólidos. Esta problemática no se limita a grandes ciudades, sino también a pueblos y va en aumento años tras años debido al crecimiento de la población. Ante el aumento de la población se necesitan más enseres y más artículos en nuestro hogar. El consumerismo nos ahorca y obliga a deshacer y comprar artículo tras artículo sin siquiera considerar enmendar los que ya poseemos.
Ante este escenario, me pregunto: ¿verdaderamente se trata de necesidad poseer todos estos artefactos, o es mero consumismo? Cada vez que se inventa un artículo nuevo en el mercado inmediatamente lo queremos tener. Es por esto que cuando al dejar de funcionar estos productos, muchas veces son arrojados irresponsablemente a los famosos “vertederos clandestinos”, pues expresan muchos ciudadanos que: el gobierno no tiene un plan efectivo de recogido de basura. Ahora mismo ¿en cuántos lagos de Puerto Rico hay que hacer dragados debido a la sequía? En unos cuantos, pues la mayoría de estos cuerpos de aguas están contaminados con una gran cantidad de estos artefactos hogareños.
“Se debe concientizar a la comunidad para entender que estamos dañando el ambiente” expresó Elizabeth Acevedo Martínez, maestra de biología y ciencias ambientales de la Escuela Intermedia Francisco Ramos de Utuado.
Por otra parte, otros activistas consideran que ya ha pasado el momento de concientizar a otros y de ver cómo se deteriora el sistema ecológico, sino de tomar acción. Aquel que arroja basura de manera irresponsable debe, sin duda alguna, ser multado y aprender a tomar consecuencias por sus acciones. Se muestra impresindible dejar de quejarnos y de decir que el gobierno no está tomando las medidas necesarias. No obstante, no se puede descartar la responsabilidad gubernamental, puesto que el medio ambiente nos pertenece a todos y todos somos responsables de lo que sucede.
¿A quién corresponde crear conciencia ante la importancia de los residuos sólidos? Todos y todo genera basura, de eso no cabe duda. Por eso no se trata de que unos tengan conciencia sobre las consecuencias de ese hecho inobjetable y otros no, sino que el control de los desechos es inversamente proporcional a la posibilidad de morir bajo la basura con su acción contaminante, según un artículo publicado en la revista Fundamentación teórica del comportamiento ecológico-psicológico ante los residuos sólidos.
Uno de los autores de este texto expresa que una de las alternativas que se pueden tomar para tratar esta problemática ambiental es promover la materia prima del “fiberglass”. Esto implica que el ciudadano solo tendrá que comprar el motor del producto y podrá construir su propia nevera en “fiberglass». Los enceres de chatarra, por otra parte, solo tendrá que llevarlos a centros de reciclaje donde podrá recibir una aportación monetaria por la cantidad de materia que se lleve. Este es el caso en otros países donde la generación de residuos sólidos ha alcanzado niveles alarmantes.
Por una parte, el crecimiento de la población conlleva a un aumento en la producción de residuos y, por otra parte (la más importante) la producción de residuos per cápita ha crecido, debido a esquemas y patrones de vida que asocian erróneamente conceptos como calidad de vida y desarrollo con mayor consumo y una mayor generación de residuos, lo que provoca un aumento de la contaminación, el agotamiento de los recursos naturales, entre la interminable lista de factores.
Alrededor del 75% de la población mundial habita en las ciudades, con una tendencia al crecimiento, y por consiguiente, también repercute en el aumento de los residuos, siendo estos uno de los factores que influyen negativamente en el deterioro del medio ambiente en las ciudades, el agotamiento de espacios para disponer los residuos, el encarecimiento de los costos, entre otros de acuerdo con el articulo La gestión integral de los residuos sólidos urbanos en el desarrollo sostenible local.
Los riesgos asociados a la gestión negativa de los residuos sólidos en un período largo de tiempo son:
- La transmisión de determinadas enfermedades que pueden producirse por contacto directo con los residuos y por la vía indirecta a través de los vectores o transmisores más comunes como moscas, mosquitos, cucarachas, ratas, perros y gatos callejeros que comen de la basura. Según la revista Panamericana de la Salud, la acumulación de los residuos urbanos, puede causar más de 40 enfermedades que producen desde una simple colitis pasajera hasta infecciones de todo tipo que podrían ocasionar la muerte.
- Contaminación del aire: paralelamente a las infecciones que promueve la exposición de la basura al medio ambiente urbano, contamina el aire debido a la generación de gases producidos en el proceso de descomposición de las fracciones orgánicas, la combustión espontánea de estos gases producen contaminantes orgánicos persistentes con comprobados efectos nocivos para la salud y los efectos invernaderos, en ocasiones puede derivar en lesiones muy graves para el sistema respiratorio.
- Contaminación del agua: contaminación de los ríos y acuíferos subterráneos de los lixiviados y por el arrastre de las lluvias llegando a incidir en nuestros mares y las ya escasas reservas disponibles de agua
- Contaminación de suelos: Los suelos pueden ser alterados en su estructura debido a la acción de los líquidos dañinos, que al contaminarlos, los dejan inutilizados por largos periodos de tiempo. La contaminación del suelo es producto del sedimento de las aguas de inundación y de los anegamientos transitorios debido a las precipitaciones. Es importante destacar el impacto que sufren los suelos en las áreas de influencia de las lagunas de tratamiento de líquidos cloacales, como así también las zonas de los vertederos municipales.
- Problemas paisajísticos y riesgo: La acumulación de residuos en lugares no aptos trae consigo un impacto paisajístico negativo, constituye un deterioro visual que además de tener en algunos casos asociado un importante riesgo ambiental, puede también producir accidentes.
La cuestión radica en que cuando hablamos de residuos, no pensamos sólo en cuerpos materiales que existirán siempre de manera independiente en el lugar y forma inapropiada en que fueron “desechados”, sino que ellos existiendo en el contexto de la propia naturaleza, entrarán necesariamente en interrelación con los otros factores de ésta. Esta relación es justamente la que debemos de tratar que se produzca en el sentido positivo. Por otra parte, el gobierno o el municipio no tienen el conocimiento sobre lo que está pasando en las comunidades, ni ponen la atención necesaria en problemas de esta índole.
Según un representante anónimo de Municipio de Utuado: «Tenemos algunos proyectos ya corriendo en la cámara de representante que tratan temas ambientes, que tratan de concientizar al pueblo a que no arroje basura». Sin embargo, el entrevistado negó ofrecer más información sobre este tema.
Está claro que ya es hora de tomar la acción debida. El efecto de los residuos sólidos se parece en algo al efecto negativo que ejerce la tecnología en la sociedad, si no se le sabe utilizar en beneficio del hombre. Ya se sabe que el mundo actual no podría funcionar completamente alejada de la tecnología, como tampoco podría existir sin basura. Son dos factores distantes de un mismo todo, pero conectados de cierta manera.
Existen varias agencias gubernamentales locales, entre ellas la Asociación de Desperdicios Sólidos de Puerto Rico que intentan solucionar este dilema. Entre sus funciones se encuentra el evaluar y comentar documentos ambientales, proyectos de ley, planes operacionales de instalaciones de disposición de desperdicios sólidos y de reciclaje. Este organismo tiene la responsabilidad de planificar, desarrollar, inspeccionar y dar seguimiento a la administración y operación de las instalaciones. Además, participa activamente en comités entre agencias, particularmente con la Junta de Calidad Ambiental (JCA), Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) y la Oficina de Manejo de Emergencias Estatal. El personal técnico especializado coordina, colabora y participa en actividades multitudinarias con el propósito de educar a los ciudadanos en el manejo adecuado, la recuperación, segregación de los materiales reciclables y la disposición de los residuos sólidos. Mantiene alianzas estratégicas con diferentes agencias gubernamentales con el propósito de agilizar las gestiones de los municipios en el proceso de permisos, relacionados a las instalaciones para el manejo y disposición de desperdicios sólidos.