La cárcel después de la libertad

Publicado el Por Mariaelena Perez
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(Foto suministrada)

Por: Mariaelena Pérez González

“Acuérdense de los presos como si ustedes estuvieran presos con ellos;  y de los maltratados, como si ustedes estuvieran en sus cuerpos”, cita un salmo biblíco tomado de la página web Biblia Paralela.  La vida da muchas vueltas y no sabemos si un día seremos nosotros o algún familiar que pase por el proceso de rehabilitarse luego de haber sido condenado por un delito.  Por eso, la empatía, es decir, ubicarse en los zapatos del otro, se torna imprescindible.

Juan Rolón,  un hombre de aproximadamente 55 años narra su historia con su adicción que comenzó desde muy temprana edad.  “Tuve problemas con el alcohol y luego con drogas ilegales.  En el 1988, por mi adicción, tuve problemas con la ley y recibí una sentencia de ocho años.  Decidí cumplirla en Hogar Crea por pedido de mi madre, paciente de cáncer en ese momento.  Terminé el programa interno en tres años y comencé a estudiar Trabajo Social en la Universidad Interamericana en Arecibo.  Cumplí mi sentencia el 3 de febrero de 1997 y me gradué en junio de 1999.   Al momento de llenar la solicitud de Licencia en Trabajo Social requerida por Ley para ejercer la profesión, pero me enteré que tenía que tener el récord limpio, razón por la cual no obtuve mi licencia.  Sentí mucha frustración y estoy convencido de que esta disposición de ley es injusta y discriminatoria.  Me preguntaba, ¿dónde está la dignidad del ser humano, los derechos y la defensa de los más marginados? ¿O es que los adictos no son seres humanos? ¿Por qué me siguen cerrando las puertas? ¿No entenderán que estamos en busca de recuperarnos e integrarnos en la sociedad? ¿No han pensado que la adicción es una enfermedad mental? Todavía mantengo estas preguntas sin respuestas”, cuenta.

Al escuchar parte de su historia cuestionaba las interrogantes de Juan.  Entonces le pregunté: ¿cómo has hecho para sustentarte económicamente?  “A través de unas ayudas del gobierno, el PAN (Programa de Asistencia Nutricional) y de las chivas que consigo por ahí, porque no tengo trabajo”, me contestó.

La realidad de tener un empleo siendo ex convicto, según Rolón, es casi imposible.  Dice por experiencia que luego de terminar su sentencia esperó diecisiete años a la vez que tuvo que pagar un abogado, comprar sellos y  declaraciones juradas.  Todo sin tener empleo fijo para limpiar su expediente.  Sin embargo, el proyecto 1494 aprobado por el Senado de Puerto Rico y radicado por la senadora Itzamar Peña Ramírez, “faculta a la Policía de Puerto Rico a expedir de inmediato un certificado de rehabilitación y capacitación de trabajo a todo ex confinado que recién haya cumplido su sentencia y no haya cometido ningún delito nuevamente ni haya sido acusado por algún delito en un juicio pendiente. Asimismo, se otorgará con los términos de cinco años en los casos de delitos graves y de seis meses en los casos de delitos menos graves, podrán obtener un certificado de rehabilitación y capacitación para trabajar y sustituir el de buena conducta”,  de acuerdo con un artículo publicado en El Nuevo Día en 2011

El caso de este hombre es similar al de tantos otros ex confinados que vuelven a caer en patrones destructivos, abusivos y criminales una vez salen de la cárcel. “Tengo que decir que volví a caer en la adicción en el 2009.  No me daban empleo, mi papá muere y me quedo solo. Ingresé a un programa de recuperación y estuve allí nueve meses.  Las recaídas son parte del proceso de recuperación y el riesgo es permanente no importa el tiempo limpio”, expresó Juan.  Por un momento luego de explicar su recaída mis pensamientos comenzaron a moverse como el mar cuando está agitado y oscuro, salpicando ciertas incógnitas sobre la existencia de la justicia.

Entre tanta pregunta mental, le mencioné las ayudas a través de rehabilitación y qué creía de ellas, a lo que respondió: “Estas son instituciones, no hogares como mucha gente les llama.  Porque el hogar es casa de uno y es donde puedes hacer lo que quieras, estar libre.  En estos programas no, es un tipo de confinamiento, donde te obligan prácticamente a hacer las cosas.  Y todo lo que se hace bajo presión no dura mucho”,  explicó el exconvicto.

A través de la página del Departamento de Corrección y Rehabilitación,  obtuve información respecto a los servicios de rehabilitación, entre estos: terapias psicosociales de evaluación y tratamiento y asesoramiento, según las necesidades que tienen los confinados (dentro y fuera de las instituciones).   Según se indica, los programas ayudan al participante en el reconocimiento y modificación de patrones de pensamientos, emociones y conductas que promueven actos violentos y el abuso de drogas y alcohol.  Estos incluyen módulos psico-educativos que a su vez contienen componentes prácticos basados en estrategias cognoscitivas de comportamientos mentales, ensayos de conductas y diarios de pensamientos.  Sin embargo, Juan Rolón señala que estos lugares tienen mucho por mejorar.

El ex convicto Juan Rolón es ahora activista por la lucha de derechos de esta población una vez es liberada
El ex convicto Juan Rolón es ahora activista por la lucha de derechos de esta población una vez es liberada

Para buscar el otro lado de la moneda decidí visitar un centro de rehabilitación para esclarecer unas dudas.  Llegué, observé que se trataba de un lugar tranquilo donde había varios confinados limpiando hojas, sentados y otros pendientes a mi llegada.  Me recibieron muy respetuosamente, procuré por algún oficial, pero me dijeron que no había nadie en el momento.  ¿Y ahora qué hago?, pensé. Me quedé conversando con un voluntario.  Parecía que no podía hacer nada, pero de momento comencé a hacer preguntas como una persona ignorante y sin intención.  Durante la plática surgió que es un grupo con gran cantidad de confinados que desean rehabilitarse.  Estas personas tienen que pasar por tres procesos durante dieciocho meses aproximadamente.  El programa involucra a los participantes en la práctica obligatoria de terapia ocupacional, educativa y la de confrontación.  Todas importantes para cumplir con el objetivo del sistema.  Ellos realizan todas tareas domésticas, desde cocinar, recoger sus camas, limpiar los baños, hasta la jardinería.

Varios días después mantuve un diálogo con una consejera profesional, licenciada en adicciones llamada, Carmen Galiano a quien narré lo antes mencionado.  Su reacción en relación a lo que estaba hablando fue “por mi experiencia yo veo que lo más difícil que se le hace a ellos es manejar los impulsos y seguir instrucciones.  Darse cuenta que no todo es como ellos dicen llevándolos a tener una actitud negativa. Pero existen otras formas de manejar un confinado a integrarse en la libre comunidad”, expresó.

Entonces, ¿qué establece la sección 12 del artículo 2 de nuestra constitución? “No existirá la esclavitud, ni forma alguna de servidumbre involuntaria salvo la que pueda imponerse por causa de delito, previa sentencia condenatoria. No se impondrán castigos crueles e inusitados. La suspensión de los derechos civiles incluyendo el derecho al sufragio cesará al cumplirse la pena impuesta”, según establece la página Lex Juris.  “Se supone que esto se cumpla”, exclamó el exconvicto.

Reflexionando legalmente tal vez ayude conocer ¿qué es la constitución? Según el diccionario de la Real Academia Española se estipula que se define como una acción y efecto de constituir.  También dentro de la introducción que presenta Lex Juris aparece la siguiente cita: “Nosotros, el pueblo de Puerto Rico, a fin de organizarnos políticamente sobre una base plenamente democrática, promover el bienestar general y asegurar para nosotros y nuestra posteridad el goce cabal de los derechos humanos, puesta nuestra confianza en Dios Todopoderoso, ordenamos y establecemos esta Constitución para el Estado Libre Asociado que en el ejercicio de nuestro derecho natural ahora creamos dentro de nuestra unión con los Estados Unidos de América”.  Por tanto en el artículo 2 sección 20 esta  “el derecho de toda persona a obtener trabajo.  El derecho de toda persona a disfrutar de un nivel de vida adecuado que asegure para sí y para su familia la salud, el bienestar y especialmente la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios.

Toda persona tiene derecho a la protección social en el desempleo, la enfermedad, la vejez o la incapacidad física, sin excluir a un ex confinado, de acuerdo a lo presentado por Lex Juris.  Por ende, ¿cuál debería ser la responsabilidad de una comunidad? De acuerdo con nuestra norma jurídica “es su deber de propiciar la libertad integral del ciudadano, el pueblo y el gobierno de Puerto Rico se esforzarán por promover la mayor expansión posible de su sistema productivo, asegurar la más justa distribución de sus resultados económicos, y lograr el mejor entendimiento entre la iniciativa individual y la cooperación colectiva”.

Por consiguiente, Galiano expresó que existen estereotipos y que el mundo es clasificado dentro del mismo renglón que provoca, en ciertas ocasiones, desesperación entre los ex confinados.  En este caso estas personas reconocen que están mal, por lo tanto esto en sí se trata de un avance, el primer paso de reconocer una realidad.   Pero lo importante es que piden ayuda para trabajar con los impulsos que según Carmen, no pueden controlar.  Ella cree que las personas en la libre comunidad no hacen conciencia de lo que hay detrás de estos seres humanos.

Por otra parte, el presidente de la Comisión de Educación y Organizaciones Sin Fines de Lucro y Cooperativas, Bernardo “Betito” Márquez García, dijo a través del blog Discrimen por Antecedentes que:

“Si a un ciudadano común y corriente con un certificado de buena conducta ‘limpio’ se le hace difícil conseguir un empleo, aún más se le torna espinoso a un ex confinado que ha tenido que contestar que sí en una solicitud de empleo a la pregunta sobre si se le ha condenado alguna vez por algún delito.  Esta se vuelve un arma de doble filo ante todo ex convicto rehabilitado que sale a libre comunidad con una nueva visión de vida”. A través del mismo el presidente explica “si tú le das un adiestramiento a un confinado, pues fantástico. Tú tienes el confinado, coge el adiestramiento y te puede salir a la libre comunidad y empezar a trabajar. Pero, ¿cuál es la realidad cuando ese confinado sale a la libre comunidad?”.

Para que esa realidad sea otra, bajo la autoría de este legislador, para el 2007, se aprobó la Ley Núm. 133 conocida como la “Ley de la Corporación de Empresas de Adiestramiento y Trabajo”, que tiene como función fomentar y desarrollar la cultura cooperativista en las experiencias de adiestramiento, desarrollo empresarial y empleo de los clientes del sistema correccional, otorgar funciones a la Administración de Fomento Cooperativo y para otros fines relacionados.

A raíz de esto, programo otra entrevista en la cual le cuestiono a Rolón: ¿luego de terminar tú sentencia que hiciste?, a lo que respondió: “luego de saber que no tenía empleo, un diez de junio estaba  pidiendo en la luz, en ese momento veo la muerte frente a frente, un carro por poco me atropella. Dije que tenía que dar a conocer esto, mi vida.   Trataba de darlo a conocer por ahí, hablando con la gente pero no entendían. Volví a padecer de la presión, tuve que buscar ayuda psiquiátrica tratando de bajar ese revolú.  Pero decidí un año después de estar en la libre comunidad un 26 de octubre, redactar una propuesta de ley e iniciar una caminata con una cruz de Morovis a San Juan (al capitolio), en protesta de esta injusticia, yo quería llamar la atención para que se legislara de que no se continuara cometiendo ese discrimen, pedir el certificado de buena conducta. Llegué al otro día, fui a entregar los papeles, pero no me preguntaron el nombre, no me recibieron, y hasta me negaron agua.  Salí de allí frustrado tiré los papeles, todo pero continúe hasta ser escuchado en una ocasión”, expresó.

Alessandro Baratta, criminólogo y penalista italiano, autor de referencia por casi tres décadas en el ámbito de derecho penal contemporáneo, humano, la filosofía y la sociología del derecho, plantea en su ensayo Resocialización  o control social que la rehabilitación ha fracasado.  Porque en el tiempo, el sistema correccional ha sustituido la prioridad de la rehabilitación por la del  manejo y control de las poblaciones confinadas, de tal forma que  la intención no es ya producir un “buen ciudadano” sino un “buen recluso”.

¿Cuál será la razón?Puede ser que el sistema correccional del país, en su buena voluntad, esté gastando demasiado dinero en desarrollar un plan que aligere el proceso de certificación.  Considero que un elemento esencial en el proceso de rehabilitación es que los  integrantes de la comunidad acepten al individuo nuevamente y se haga formar parte de esta, por lo que es necesario educar a los componentes de nuestra sociedad sobre la necesidad de reconocer que un exconvicto es merecedor de una oportunidad razonable para reintegrarse a la comunidad y de disfrutar de una con vivencia social saludable.

Tenemos que saber que el principio fundamental de igualdad impera en toda nuestra Carta de Derechos.  Antes de regirnos solo por esta creo que también el ser humano es capaz de tomar decisiones y de cambiar un mundo.  Pero como dice Albert Einstein: “la vida es muy peligrosa.  No por las personas que hacen el mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa”.  Por ende, muchos no indagan o simplemente deciden ignorar lo que está sucediendo por falta de tiempo, ya que vivimos en una era del todo aquí y ahora, nos molesta esperar y notar cada detalle que nos muestra la vida para crecer.

Nos hace falta romper con los estereotipos, ver de un corazón a otro.  No es que vamos a confiar a ojo cerra’o.  Tener nuestra cautela pero ser un poco flexibles se torna imperativo.  Vivir con nuestra forma de ser y cultura sin olvidar lo que hace nuestra formación, el conjunto de conocimientos e ideas no especializados adquiridos gracias al desarrollo de las facultades intelectuales, mediante la lectura, el estudio y el trabajo sin mirar raza, color o preferencia sexual ni mucho menos por su pasado.  A modo de conclusión, les dejo una cita de Einstein, quien aseguraba que “el mundo no está amenazado por las malas personas sino por aquellos que permiten la maldad”.

Mariaelena Perez
Author: Mariaelena PerezEstudiante de Periodismo (mariaelena.perez@upr.edu)

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