Flores en sus nombres: luchas y logros de un proyecto universitario: Parte II

Protesta contra el ROTC en el año 1966. (Foto: Archivo histórico, Sala de Arecibo, Biblioteca UPRA).

Por: José J. Rodríguez Vázquez, catedrático Programa de Estudios Iberoamericanos, Departamento de Ciencias Sociales, UPRA

La historia de la Universidad de Puerto Rico a partir de la segunda mitad del siglo XX y la vida universitaria en el Colegio Regional de Arecibo desde su creación en 1967 sólo pueden comprenderse si se enlazan la historia institucional con la historia del País y la historia mundial.

Las luchas políticas y sociales encontraron en la Universidad tres sectores constitutivos de la comunidad universitaria capacitados para discutir su momento histórico y presentar alternativas al orden existente en un país en el que el partido político que había dominado la escena pública perdía sus primeras elecciones después de veintiocho años en el poder. Con su derrota electoral en 1968, daban pasó a un nuevo movimiento pro-anexionista que se adhirió con demasiado entusiasmo al discurso paranoico de la contrainsurgencia fabricado por los artífices de la política exterior norteamericana. Los efectos de ese período todavía permanecen en la cultura universitaria, como si los problemas discutidos no encontraran solución y amenazaran con su repetición interminable desgastando la imaginación y vaciando las palabras.

 

Logo de la Asociación Puertorriqueña de Profesores Universitarios (APPU). (Foto suministrada)

La comunidad universitaria se politizó y se dividió. Así, mientras estudiantes desarrollaban sus organizaciones, la comunidad docente fundó en 1974 la Asociación de Profesores Universitarios de Arecibo (ASPUA) y los no docentes constituyeron, en todas las unidades del sistema, la Hermandad de Empleados Exentos No Docentes (HEEND) y el Sindicato de Trabajadores de la Universidad de Puerto Rico.

 

Logo de la Hermandad de Empleados Exentos No Docentes de la UPR (HEEND). (Foto suministrada)

ASPUA fue la primera organización de profesores en el CRA y sostuvo desde su creación una lucha vertical pero desigual por mejorar las condiciones laborales de los académicos frente a unos administradores que, desde la Rectoría de la Administración de Colegios Regionales (ACR), confundieron la autoridad con un autoritarismo cínico y descarado que dejó cicatrices que no deben ocultarse en la memoria institucional. Más adelante la facultad se ha organizado en la Asociación de Profesores de Arecibo (APDA)y en el capítulo de Arecibo de la Asociación Puertorriqueña de Profesores Universitarios (APPU).

Pero las adversidades no destruyeron la comunidad universitaria y nuevos vientos enarbolaron el entusiasmo y la esperanza. En el año 1980 un cambio de nombre significó una verdadera apertura académica. El CRA, con sus programas de traslado y grados asociados, pasó a convertirse en el Colegio Universitario Tecnológico de Arecibo (CUTA). El cambio de nombre fue una transmutación institucional.

El CUTA adquirió autorización para otorgar grados de bachillerato y ofreció en ese mismo año bachilleratos en Administración de Empresas (ADEM), Enfermería y Procesos Químico Industriales. Al año académico siguiente (1981-82), se implantó el Bachillerato en Educación. 

El despegue académico siguió cobrando vuelo y durante el transcurso de la década de los 80 se crearon los bachilleratos en Biología Microbiana, Sistema de Oficina, Comunicación Tele-Radial y Ciencias de Cómputos.

Lo que estos logros académicos y administrativos implicaron no es fácil expresarlo con palabras. Trabajo, sacrificio, entusiasmo y orgullo nos permiten ir comprendiendo y, más importante aún, sintiendo las proezas que tuvieron en la comunidad docente y no-docente de Arecibo a sus principales autores.Precisar un programa académico, establecer su misión y sus objetivos, su secuencia curricular, sus cursos medulares y electivos y el estudio de necesidad del mismo, además de los múltiples obstáculos que surgían de una autoridad central demasiado distante y encumbrada en su papeleo burocrático, deben tomarse en cuenta para evaluar a la generación de profesores y empleados con la que se tiene una deuda de gratitud. Su tesón, inteligencia y valentía hicieron posible una verdadera renovación institucional que se tradujo en un crecimiento significativo en el número de estudiantes, profesores y no docentes que proyectaron sus sueños y los hicieron cultura para la región de Arecibo y para todo el país.

Los egresados de los distintos programas de grado asociado y de bachillerato del CUTA se han esparcido como profesionales competentes y ciudadanos honestos y laboriosos, tanto en la Isla, como en el exterior. De aquí que sea posible sostener que el CUTA significó un salto cualitativo que consolidó la identidad institucional. Ya no se estaba de paso o con prisa, sino ejercitándose en el aprendizaje, articulando la convivencia que hace posible la simbiosis comunitaria universitaria como energía indispensable para la vida del país.

Las transformaciones del Colegio Universitario Tecnológico de Arecibo no fueron sólo físicas o académicas, sino que abarcaron también sus áreas de deporte y cultura. Dos acontecimientos merecen anotarse: el paso de la Liga Atlética Intercolegial Regionales (LAICRE) a la Liga Atlética Intercolegial (LAI), en el año académico 1983-1984, y la formación del grupo de teatro Histriones, que junto a la Tuna, la Banda, el Coro, el grupo estudiantil de baile y las Abanderadas han sido objeto de múltiples reconocimientos nacionales e internacionales y servido de taller para las expresiones creativas o artísticas del estudiantado hasta nuestros días.

Kenneth Jomar Rivera Otero y Jaziel Villalobos ganadores de medalla plata y broce en las Justas LAI 2017. (Foto: Rayneé Álamo Medina)

En sus dieciocho años de existencia, el CUTA obtuvo campeonatos y logros en los deportes del baloncesto, béisbol, softball, pista y campo, halterofilia, judo y lucha olímpica, tanto en la rama masculina como femenina, y muchos de sus atletas representaron a Puerto Rico a nivel internacional. En la historia reciente, como unidad autónoma, sobresalen sus triunfos en el futbol y el tenis de mesa.

En la dimensión cultural, el Festival de la Voz y actividades musicales con artistas de la talla de Justino Díaz, Ivonne Figueroa, Francisco Cabán, Antón Jiménez, José Giovanni Hidalgo, Luis (Perico) Ortiz, David Sánchez y Ramón Vázquez hacen posible concluir que deporte y arte han acompañado, pues, la formación académica de los estudiantes y han enriquecido la vida universitaria con experiencias que trascienden el proceso educativo formal.

Los ochenta-noventa fueron años de afinamiento de los programas académicos y de adquisición y consolidación de una nueva generación de docentes y no docentes. Es preciso conservar en la memoria uno de los esfuerzos institucionales y humanos más importantes porque demuestra el talento y el compromiso del personal universitario: desde el período antes dicho hasta el día de hoy, cerca de cuarenta docentes y no-docentes han realizado estudios posgraduados, conducentes muchos de ellos al grado doctoral, en universidades de Puerto Rico, Estados Unidos y Europa.

Esta dedicación ha sido la que ha permitido completar el carácter docente-educativo de la institución con el quehacer investigativo, proyectando al CUTA a nivel internacional. Fue así como ya desde el CUTA se fue fraguando la doble dimensión universitaria de docencia e investigación que luego pasará a formar parte de la misión de la Universidad cuando se convierta en unidad autónoma y cambie su nombre a Universidad de Puerto Rico en Arecibo (UPRA).

Según se consolidaron los programas académicos y la facultad, el momento para el salto cualitativo institucional se fue haciendo ineludible. Casi dos décadas después de convertirse en colegio con bachilleratos y de cara al nuevo siglo, la facultad de Arecibo lanzó su reclamo de autonomía institucional dentro del sistema de la Universidad de Puerto Rico. Fue un acontecimiento memorable, una de esas expresiones de madurez institucional que unió a todos los componentes de la comunidad.

En reunión de claustro, el doctor Héctor Otero Burgos presentó una moción para retirar los representantes de Arecibo en la Administración de Colegios Regionales y pidió que éstos se presentaran en la Junta Universitaria junto con los senadores académicos de los otros recintos del sistema. La moción fue aprobada por aclamación. El claustro procedió a organizar su Comité de Autonomía, que estuvo presidido por el doctor Ramón Corrada del Río, y fue este grupo el que asumió la encomienda de preparar el estudio de viabilidad, así como de demostrar el impacto económico favorable de la propuesta de autonomía institucional. Ya desde esta época se planteaba también la necesidad de orientarse hacia la autonomía fiscal, la creación de un Centro de Investigación, la construcción de un nuevo teatro y la adquisición de viviendas para estudiantes y profesores. Desgraciadamente, muchas de estas propuestas fueron relegadas a un segundo plano y se engavetaron.

El reclamo de autonomía enfrentó la oposición de importantes funcionarios del sistema universitario acostumbrados a la “seguridad” de lo establecido. Por eso hay que atestiguar que la autonomía de los Colegios Regionales encontró en el doctor Miguel Riestra Fernández, miembro de la Junta de Síndicos de la Universidad, y el senador Roberto Rexach Benítez, primer director-decano del Colegio de Arecibo, dos defensores incondicionales que empujaron de manera decidida la innovación universitaria. El reclamo de autonomía de Arecibo se convirtió en posición compartida por las comunidades universitarias de todos los Colegios Regionales, que ya venían discutiendo esta posibilidad desde hacía algún tiempo, y luego de los debidos procesos administrativos y legales, la Administración de Colegios Regionales se desvaneció del organigrama de la Universidad de Puerto Rico.

Para julio de 1998 entró en vigor la autonomía de Arecibo y para finales de 1999, las unidades autónomas pasaron a llamarse: Universidad de Puerto Rico en Arecibo, Universidad de Puerto Rico en Bayamón, Universidad de Puerto Rico en Carolina, Universidad de Puerto Rico en Ponce, Universidad de Puerto Rico en Aguadilla y Universidad de Puerto Rico en Utuado.

 

Edificio de la Universidad de Puerto Rico en Arecibo (UPRA). (Foto suministrada)

La Universidad de Puerto Rico en Arecibo (UPRA), con sus emblemáticos lobo y loba, abrió el siglo XXI bajo el entusiasmo generalizado de toda la comunidad universitaria y fueron los rectores, en su primera década de existencia, la doctora Josefa García Firpi y el doctor Edwin Hernández Vera.

Con la autonomía, las energías que venían desarrollándose en el CUTA adquirieron mayor vitalidad y esplendor. Como unidad autónoma, UPRA organizó su Senado Académico y estableció su propia Junta Administrativa y desde estos organismos legisló el proceso educativo, investigativo y administrativo dentro de los parámetros establecidos por la Ley Universitaria y el Reglamento General de la Universidad. 

En esta nueva fase se aprobaron dos nuevos bachilleratos. Uno en Educación con concentración en Educación Física, y otro en Ciencias Sociales con dos concentraciones: Psicología Industrial Organizacional y Estudios Iberoamericanos.

Además, se institucionalizó en el 2004, el Centro de Investigación y Creación (CIC),organismo para incentivar la tarea  investigativa y creativa de la comunidad docente. A esto hay que añadir que la Institución ha cumplido con tino las acreditaciones realizadas por la Middle States Association y que prácticamente todos sus programas están calificados por organismos de educación superior externos. Estas metas institucionales y departamentales han sido alcanzadas gracias al apoyo de la Oficina de Planificación y Estudios Institucionales (OPEI) del UPRA.

 

Logo de la Asociación de Estudios Iberoamericanos UPRA. (Foto suministrada)

Durante sus ya casi dos décadas de existencia, UPRA ha seguido conquistando logros académicos, deportivos y culturales. Exponer algunos de ellos, advirtiendo que es mucho lo que se queda sin mencionar, puede servir para ilustrar su calidad universitaria. Como muestras -y encadenando a docentes, estudiantes y la comunidad externa- desde el área de las artes podemos destacar: el Congreso Escritura, Individuo y Sociedad en España, las Américas y Puerto Rico,que organiza el Departamento de Español y que en sus cinco celebraciones ha hecho posible que se le otorguen doctorados honoris causa a académicos de la talla de las hermanas Mercedes y Luce López Baralt, el Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, y a los escritores Luis Rafael SánchezElena Poniatowska, Mayra Montero, Rosa Montero yAna Lydia Vega; las lecciones magistrales ofrecidas por el historiador Fernando Picóy el antropólogo Alejandro Grimson, del mismo modo los logros y reconocimientos del grupo Histriones y del Coro del UPRA, bajo la dirección del Departamento de Humanidades; así también el programa radial “El sur también existe”, que se transmite puntualmente los viernes en Radio Once, y el proyecto editorial del Centro de Estudios Iberoamericanos, (Trans)figuraciones, ambas expresiones de la concentración en Estudios Iberoamericanos del Departamento de Ciencias Sociales; el Simposio de Psicología Industrial Organizacional y el Observatorio de Investigación Social organizados por los profesores de las concentración de Psicología Industrial Organizacional del Departamento de Ciencias Sociales; los talleres y certámenes de creación literaria y el Torneo de Ajedrez Dante Pasquinucci auspiciados por el Departamento de Inglés; la estación de radio virtual UPRA WEB Radioy el periódico estudiantil Tinta Digitaldel Departamento de Comunicación Tele-Radial; la clasificación de ejemplar que durante los últimos cinco años le ha concedido el Departamento de Educación de Puerto Rico a los estudiantes de nuestro programa en la Prueba de Certificación de Maestros (PCMAS)y el programa de tutorías para niños de bajos recursos económicos que ofrece el Departamento de Educación de UPRA y las tres revistas académicas institucionales –ForumEl AmautaCuarto Propio– que cuentan con juntas editoriales internacionales.

Estudiantes hacen uso del equipo del laboratorio de multiusos de ciencia integrada ISMUL, el cual es auspiciado por la NASA. (Foto suministrada)

Por el área de las ciencias y las tecnologías hay que inscribir en la memoria: el Congreso de la Asociación de Niños y Adultos con Desordenes Genéticos y Metabólicos y el Simposio de la Asociación de Retinitis Pigmentosa,así como la División de Educación Continua para Profesionales de la Salud que ofrece cursos mandatorios para profesionales en ésta área, que han surgido de la iniciativa del Departamento de Enfermería; el Programa de Investigación de la Reserva Natural Caño Tiburones (1998), proyecto que ha contado con el endoso del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) y reúne investigadores de los Departamentos de Biología y Física-Química; las clínicas comunitarias de veterinaria y el campamento de verano para jóvenes interesados en la salud animal, auspiciadas por Programa de Salud Animal adscrito al Departamento de Biología; lo proyectos dirigidos por el Departamento de Administración de Empresas para promover la iniciativa empresarial entre los estudiantes; la incorporación de la tecnología y la oferta de cursos mediante educación a distancia del Departamento de Sistema de Oficinas; el Centro de Aplicaciones Móviles (CAM), que se destaca en innovaciones tecnológicas móvil y web, la comunidad académica y estudiantil ligada a Ciencia, Tecnología Ingeniería y Matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés), que ha participado en diversas actividades en y fuera de Puerto Rico, y el Laboratorio de Desarrollo de Robótica (RoDEL, por sus siglas en inglés), que comenzó recientemente en el 2015 e incorpora tanto a estudiantes preuniversitarios como de la institución, todos relacionados con el Departamento de Ciencias de Cómputo.

Además, deben señalarse el Laboratorio de Multiusos de Ciencia Integrada(ISMuL, por sus siglas en inglés) auspiciado por la National Aeuronautics and Space Administration (NASA), que promueve desde 1994 la educación en matemáticas, ciencia, ingeniería y tecnología, y cuenta con un Laboratorio de Educación Aeroespacial (AEL, por sus siglas en inglés) y el Laboratorio de Habitabilidad Planetaria (PHL, por sus siglas en inglés), que es un proyecto de investigación y educación virtual. Aquí se aglutinan las iniciativas de los Departamentos de Biología, Procesos Químico-Industriales y Matemáticas.

Finalmente, y relacionado con la preocupación institucional por asegurar el triunfo del estudiantado en el proceso educativo, hay que apuntar la labor colosal del Programa de Servicios Educativos, que funciona desde 1984 y ha sido un pilar en la retención y graduación estudiantil. Así también es meritorio subrayar las propuestas de Título IV y Vy el proyecto más reciente de Comunidades de Aprendizaje, que ha despegado y se encamina a inaugurar su nuevo edificio como anexo de la Biblioteca de la Institución.

Diseño del edificio Learning Commons en UPRA. (Foto suministrada)

De cara al futuro, tres iniciativas parecen dar las claves para el desarrollo: la adquisición, mediante cesión del Departamento de Transportación y Obras Públicas (DTOP), del terreno y los edificios de lo que antes era la escuela Martín Diego Delgado; la elaboración de propuestas de posgrado y la aprobación por la Junta de Gobierno de la UPR del Certificado de Pos-bachillerato en Enfermería Gastroenterológica, y la Política de Educación a Distancia que, refrendada por el Senado Académico y la Junta Administrativa de UPRA, de seguro hará posible expandir cualitativamente los programas educativos institucionales.

Trabajo de muchos, desde múltiples disciplinas y perspectivas, en sus cincuenta años de existencia tres nombres son las formas en que se expresa un crecimiento que sólo ha sido posible por el entusiasmo y el compromiso de varias generaciones.

UPRA es el nombre y el prestigio de una institución universitaria. UPRA es una comunidad que se ha auto constituido a través del quehacer de sus docentes y no-docentes. UPRA es un acierto y el deseo que desemboca en una apuesta siempre renovada. En tiempos de oscuridad, donde el parloteo de la insensatez y la imprudencia conspiran como una marea amenazante, le queda a la Universidad transformarse, con voluntad y sagacidad, para hacerse un futuro desde el conocimiento de su pasado. UPRA es medio siglo de compromisos con el país y el estudiantado, pero, sobre todo, UPRA es una postura ética: la que han realizado aquellos convencidos de que los pueblos educados, más allá de la perversidad de los canallas, las adversidades y las imbecilidades del fanatismo, son pueblos libres.

Tinta_Digital
Author: Colaborador/a de Tinta Digital

Un comentario sobre “Flores en sus nombres: luchas y logros de un proyecto universitario: Parte II”

  1. Hola, en relación a este artículo, me presento, soy Fernando Cáceres, formo parte de un grupo de jóvenes estudiantes de secundaria con el cual llevamos adelante un proyecto de web informativa sobre creación de apps para las personas de nuestra comunidad, llevamos un tiempo creando contenidos de interés para para ayudar a la gente de nuestra ciudad y estamos teniendo buen recibimiento, les agradeceríamos mucho la publicación de este comentario dado que nos cuesta mucho difundir nuestro proyecto. Muchas gracias!!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *