Una vez más, uno que no siente ni padece lo que se vive en nuestra isla, juega con nuestras habichuelas. Lo peor es que a los de aquí tampoco parece importarles mucho.
El pasado 3 de marzo, la jueza Laura Taylor Swain, anuló lo que se conoce como la nueva Reforma Laboral 2022. Luego del verano de 2017, esta representó una de las primeras ocasiones en las que se le concedía algún “beneficio” a los trabajadores en Puerto Rico. La Ley devolvía, aunque no de manera absoluta, los derechos del trabajador a los ciudadanos, derechos que fueron eliminados por la Reforma Laboral 2017.
En esta ocasión, el Tribunal Federal notificó que el Gobierno de Puerto Rico no había completado y entregado los documentos que se requerían. ¿Qué tanto hacen que los mantiene ocupados como para dejar pasar por alto algo tan crucial para el país? Quiero creer que a los responsables no les da la cara ni para mirar al pueblo por la vergüenza que deberían sentir al permitir que algo como esto suceda. Está claro que velar por conservar una reforma laboral que dificulte menos la vida del puertorriqueño, no representa una prioridad para los políticos.
Y es que se pasan la vida quejándose de que la gente no quiere trabajar, pero ¿quién realmente quiere trabajar bajo este tipo de condiciones? Nos quitan las protecciones contra el despido injustificado, cada vez la acumulación de licencia por vacaciones es cuesta arriba, del periodo probatorio ni hablar y mucho menos el tema de los empleados que laboran a media jornada.
Por momentos frustra demasiado pensar en esto porque pareciera que siempre nos ponen el pie y cuando no nos hemos levantado de una, ya nos tienen el pie puesto otra vez. Lo sé, no es nada nuevo.
¿Cómo olvidar lo que pasó en febrero del 2022? El gobernador de Puerto Rico se refirió a los servidores públicos más afectados, diciendo que, “si por alguna razón cuestiona si debe seguir haciéndolo porque la paga o las condiciones de trabajo no son las que espera, no está obligado a permanecer en esa posición”. Bueno, no se necesita mucho para percibir este elitismo disfrazado de consejo. Está claro que no es un tema muy relevante para los líderes que eligió el pueblo.
La Junta de Control Fiscal claramente busca que la deuda se liquide como sea, pero seguimos pagando los platos rotos de quienes el pueblo le dio la confianza en un pasado. Aún seguimos viendo cómo nos penalizan y cómo el típico trabajador boricua ya no aguanta un aumento más en el costo de vida. Ya se puede leer, se puede ver y se puede escuchar la incomodidad del pueblo. Así es como la Junta de Control Fiscal deja en un segundo plano la vida, el trabajo, la salud, y el retiro digno del puertorriqueño en la isla. No les importa, porque no son de aquí y vienen a cobrar una deuda, que tampoco es nuestra.
No será una sorpresa si ya pronto nos tiran una «bola de humo» para despistarnos. Lo primero que hicieron fue decirle al pueblo que los bonos o aumentos que se desembolsaron bajo la Reforma Laboral 2022, no los tendrían que devolver. ¿Han escuchado algún patrono pedir algún reembolso? Yo tampoco, lo que sí tengo claro es que esto sucede porque ellos no hicieron su trabajo, pero no se puede dejar ver porque estamos próximos a temporada de elecciones. Nada que Puerto Rico no haya visto antes.
Daviana, que bien me hace sentir que una joven periodista le preocupen este tipo de temas tan vitales para el país. Nunca olvides que el pueblo siempre merece saber la verdad, por favor. Exitos siempre.