Se cierra el telón. Van de vuelta al camerino las damas de la noche que con sus rostros pintados y vestidos de lentejuelas, proceden a quitarse los tacones altos con los que esa madrugada se desplazaron por el escenario de un club gay. Arrancan de sus cabezas de Amazonas, sus cabellos de colores, que al caer al suelo dejan visible en la etiqueta las palabras “Made in China”. Al desvestirse sacan de su pubis yardas de “duck tape” con las que conciliaron por horas, su sexo original.
A lo largo del tiempo en Puerto Rico, la cultura del transformismo se ha dado a conocer; para algunos como un evento cómico celebrado por homosexuales y para otros es visto como un arte innovador. Pero lo cierto es que el transformismo es un arte con reglas. Un arte con historia.
Historia del transformismo
En una entrevista realizada a Antonio Pantojas, el ya fallecido transformista puertorriqueño, pionero en el arte, relata que el comienzo del transformismo surge en la década de los 50’s y los 60’s, luego de la Segunda Guerra Mundial. Se creó como una reacción al género del cabaré. Fue en este momento cuando aparecieron en Puerto Rico los primeros travestís en un escenario.
Entre el año 1955 al 1968, en el área metropolitana hubo muchos locales pequeños, donde se apreciaba este espectáculo artístico que duraba poco, diseñado para los soldados norteamericanos que desembarcaban en el puerto de San Juan. Primero acudian a los prostíbulos de la calle Luna y la calle Tetuán, luego iban a los cabarés.
Sin embargo, en la década de los 50’s la mujer no podía salir sola a la calle a las dos de la mañana, por lo que entonces ese espacio lo ocuparon los hombres que se vestían de mujer para entretener a los soldados quienes ya para ese entonces solían estar ebrios y algunos en busca de acompañamiento nocturno.
Cabe notar que en el cabaré no se escuchaba música latina, excepto la brasileña. Todos los travestis eran americanos y el show se daba en inglés con canciones del cine norteamericano, en las que imitaban a las estrellas de Hollywood como Joan Crawford y Elizabeth Taylor.
Pantojas aclara que los transformistas usaban nombres masculinos, solo que feminizados; por ejemplo, La Ramón, Josefa o Luisa.
Las primeras discotecas gay
Los puertorriqueños entran a la escena del transformismo imitando a las vedettes, cuyo propósito era entretener al público utilizando sus talentos en el baile, el canto y la actuación. Hecho que ocurre en el 65 cuando llegan las discotecas “gays” a la Isla.
Manuel Clavell Carrasquillo, escritor, periodista y abogado notario, cuenta que para ese entonces la discoteca ‘’Krash Klub’’, ahora conocida como Eros, al ser remodelada, creó un escenario donde se empezaron a mostrar eventos de la cultura drag. Estos duraban entre quince y veinte minutos y, al crearse un espacio teatral con camerinos grandes y buen sistema de luces dio paso a la profesionalización del arte del transformismo.
Reinas en la actualidad
“Para mí lo más difícil es elegir qué ponerme, qué hacer, qué cosas interpretar. En Puerto Rico somos pocos transformistas, poco públicos, por lo tanto, hay que estar diversificándose todo el tiempo para demostrar versatilidad”, comentó Amy Michaels, transformista puertorriqueño.
Desde el 2014 han surgido nuevos estilos. El transformismo actual es mucho más fluido, experimental y andrógeno, convirtiéndolo en portavoz para la escena “queer”, que sigue siendo un misterio.
Es evidente que existe la separación de décadas. Para los 90’s, el estilo de un transformista era muy similar a la actualidad: enfocado en lucir como una mujer. Participaban en certámenes de belleza donde se presentaban en trajes de gala, trajes de baño, trajes típicos y se abría un espacio para la demostración de talentos, típicamente utilizando la música house.
Todo eso cambió luego de que Nina Flowers, semi finalista en la primera temporada de RuPaul’s Drag Race, junto a Jamie Sunflower, inventaron una nueva competencia en la que solo se medía el talento de las chicas. Las competencias se daban todos los jueves y para cada noche se asignaba un tema con el que debían formar su espectáculo frente un jurado profesional. Surgen nuevas categorías como los transformistas plus, dragas andróginas y roqueras.
Corona en mano por Puerto Rico
El pasado 6 de noviembre, se llevó a cabo en Minneapolis, un evento en beneficio a los damnificados por el huracán María en Puerto Rico; el mismo llevó por nombre Queens United/ReinasUnidas. El evento fue organizado por Phi Phi O’ Hara, ex participante de la competencia para transformistas, RuPaul’s Drag Race.
«No se necesita dinero para mostrar compasión y empatía por las personas que luchan en Puerto Rico.», comentó O’Hara.
Al show asistieron grandes estrellas del transformismo norteamericano y puertorriqueño. Entre ellas Chad Michaels, Trinity Taylor, Naysha Lopez, Ongina, Mariah Paris Balenciaga, Acid Betty, Bob The Drag Queen, Ginger Minj, Pandora Boxx, Cynthia Lee Fontaine, Mystique Summers y Madame LeQueer.
Arte para todos
Nemis Quinn Mélançon Golden, un niño de ocho años de edad, es la nueva sensación en el mundo del transformismo estadounidense. Nemis, confirma en una entrevista hecha por Elle, que desde sus cuatro años ha vestido de la ropa de su hermana, lo que dio paso a la creación de Lactatia, su personaje en el transformismo.
Jesica, la madre de Nemis, comenta que tanto ella como su pareja le han mostrado apoyo desde el comienzo.
“Solo queremos que nuestros niños se expresen como mejor les parezca siempre que sea respetuoso y que sean amables con las personas”-Jesica
Actualmente Lactatia, toma clases de vogueo para perfeccionar su arte.
Como hemos visto a través de la historia del transformismo tanto en Puerto Rico como en los Estados Unidos, tanto el arte escénico como la cultura drag han mostrado ser más inclusivos en sus objetivos. Esta cultura continúa adaptándose a los nuevos tiempos. Quedamos en espera de nuevas manifestaciones del transformismo, así como también de mayor aceptación social.