Una mirada a la historia del Departamento de Español

Prof. Priscilla Rosario Medina, primera puertorriqueña en ejercer cátedra en el Departamento de Español de UPRA. (Foto: Manuel Crespo).

Por Manuel Ángel Crespo Feliciano, estudiante del Departamento de Comunicación Tele-Radial

“Yo tenía 22 años. Tal vez un poco menos. Andaba con mini-falda y con botas en aquella época. Y así llegué a mi entrevista de trabajo (ríe). Eran los años 60… yo era una ‘dandy’ de esas…”- añade, y vuelve a reír como quien recuerda una travesura.

La profesora Priscilla Rosario Medina me recibió en su hogar en una tarde calurosa de junio. Su gato Simón merodeaba el patio trasero de la casa, rondando coqueto como quien da la bienvenida a un nuevo amigo. Mi propósito allí, era rescatar las memorias de lo que fue en un principio el Departamento de Español del Colegio Regional de Arecibo, allá para finales de los años sesenta.

En ese momento, dejamos de ser dos. Éramos 3: Yo, quien hacía preguntas y visualizaba en mi mente espacios y rostros de desconocidos, Priscilla, la que estaba sentada a mi lado, y la joven profesora Priscilla Rosario Medina, quien me hablaba desde el pasado mientras apalabraba sus recuerdos en ese instante.

“Mami lloró tanto y tanto. “Ese pueblo que es un pueblo desierto, un pueblo que no hay gente”- me decía al saber que me mudaría a Arecibo. Pero para mífueron los mejores años de mi vida. Esa experiencia con esos estudiantes, que su motor de cambio era estudiar para luego irse a la UPR de Río Piedras… era estudiar, estudiar, estudiar…”, recuerda la ya retirada profesora, quien  recibió el galardón de Cátedra Magistral en el año 2002, y quien llegó a fungir como decana académica y directora del Departamento de Español durante sus 30 años de servicio a la Universidad.

La llegada de la profesora al recinto arecibeño se concretó para el año 1968, cuando ya poseía un bachillerato y maestría en Estudios Hispánicos y Literatura de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras. Aquí brindó cursos de literatura española, y fue la primera en impartir el curso de Literatura Puertorriqueña. Además, su llegada marcó un hito en la historia de la Universidad, pues fue la primera puertorriqueña en formar parte del Departamento de Español.

“Para esa época, Roberto Rexach y Celeste Benítez (quienes eran directores del Colegio), comenzaron a reclutar profesores con maestría fuera de Puerto Rico. No contaron con los puertorriqueños”- me contó, mientras los nombres de los profesores y profesoras de la época le llegaban intermitentes, así como las historias compartidas con estas figuras extranjeras que conformaron el Departamento de Español.

Asimismo, la profesora asegura que este reclutamiento de profesores extranjeros, brindó una visión de mundo y un compromiso con la cátedra que se expandía a modo de abanico, en una gama de  conocimientos que posibilitó su inserción a la vida universitaria compuesta en su mayoría por estudiantes puertorriqueños, de zonas rurales y de escasos recursos.

Gran parte de estos profesores llegan para el año 1967, y figuran los nombres de Andrés Oscar Avellaneda, Pedro Tur, María Bedano de Tur, todos de Argentina. También estaban el Dr. Sánchez Polo, de Chile, así como Martín Duque y Marino Fernández de España.

Una visión desde el presente hacia el futuro

Dr. Martín Duque durante la colación de grados, 1970. (Foto: Archivo histórico, Sala de Arecibo, Biblioteca UPRA)

Por otro lado, y sumándose a la presencia de profesores de talla internacional en el Departamento de Español, la nueva imagen intelectual que cobra la Universidad fue impulsada  en gran parte con la llegada de los congresos de Español.  En esto coincide el profesor William Mejías, quien desde su llegada en el año 1996, comenzó a crear este proyecto que tuvo gran acogida a nivel local e internacional.

“El primer Congreso, dedicado a las hermanas Luce y Mercedes López Garalt, fue una actividad que atrajo mucha gente de Puerto Rico, Estados Unidos y Latinoamérica. Yo venía de E.E.U.U, y traté de crear un sistema para que nosotros hiciéramos algo similar a los congresos que yo había asistido allá”, narra el profesor Mejías, mientras admite que con el paso de los años el Congreso se ha convertido en un proyecto de mayor envergadura que el que soñaron en un inicio.

Dialogamos unos 20 minutos. Fue una charla corta en su pequeña oficina, pero llena de recuerdos; desde lo que le trajo de regreso a la Isla, hasta las grandes aportaciones que ha logrado el Departamento de Español desde su espacio como profesor. No obstante, le interrumpí en un momento para preguntar: “Profesor, ¿y qué le ha dejado la Universidad y el Departamento de Español a usted?”.

“Los estudiantes. Los estudiantes me han enriquecido con sus comentarios. A veces tendemos a no apreciar lo que ellos dicen, pero cuando tú confías en ellos y los escuchas… les das la oportunidad de crecer y crear… y la Universidad te da la oportunidad de recibir mucho de los estudiantes.  Es una experiencia que te humaniza.”

Y es precisamente desde esta necesidad de humanizar, de donde surge uno de los más grandes retos que enfrenta el Departamento de Español de cara al futuro: mantener aspectos básicos de la enseñanza del idioma vernáculo como la lectura y la escritura, sumado al tema de las nuevas tecnologías que pueden llegar a atentar contra el buen uso del idioma.

“Estamos en una lucha. Es un Departamento forzado al pragmatismo en estos tiempos. Ahora más que nunca hay que enamorar al estudiante de la literatura y la lengua. Hay que ser prácticos, pero tenemos que reforzar su importancia con el uso de las nuevas tecnologías para acercarlos a los géneros literarios.” Así la Dra. Yeidi Altieri describe la labor de del Departamento que dirige desde los pasados años.

Tomando en cuenta los arduos procesos que lleva la Universidad en el contexto histórico actual, ahora, más que nunca, debe quedar resaltada la aportación del Departamento de Español al ecosistema universitario.

“Transmitir conocimientos”, es el norte del Departamento según la profesora Altieri. Pero más aún, transmitir conocimientos que estén a la altura y exigencias del mundo contemporáneo para poder seguir perpetuando el legado que ha tenido dicho Departamento desde sus primeros años de existencia hasta las generaciones futuras.

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Author: Colaborador/a de Tinta Digital

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