Una verdadera quincalla puertorriqueña

Por: Mairim H. Batista Serrano (mairim.batista@upr.edu)

En una esquina de la calle Mariano Vidal del histórico Paseo De Diego en Arecibo, se encuentra establecida desde el 1959, la Tienda Américo. “Yo me crie aquí y aunque de niño no veía el sacrificio que hacía mi abuelo para sustentar a su familia, uno va creciendo y se da cuenta de las cosas», comentó Jean Carlo Feliciano, propietario actual del negocio que vende enseres domésticos y otros artículos peculiares y típicos de Puerto Rico.

Desde que entras por las puertas del local, es como si te transportaras al Puerto Rico de hace 50 años. Desde los boleros que escuchas de fondo, los pilones de todos los tamaños, hasta los sombreros y dulces típicos del país, evocan esa época. La Tienda Américo fue fundada por el señor Américo Feliciano Rodríguez, un veterano de la Guerra de Corea, que al regresar a casa tenía que buscar una forma de sustento para su familia y decidió abrir el establecimiento, que hoy en día es de los más antiguos en el casco de Arecibo.

Américo Feliciano, fundador de la tienda Américo. (Foto suministrada).

¿Cuál es tu primer recuerdo de la tienda?

Recuerdo que uno en las navidades siempre iba donde los abuelos a buscar los regalos. En una ocasión, cuando llegué a la tienda, mi abuelo se viró y me señaló un rollo grande de papel de regalo. Yo lo miré y pensé que estaba bromeando y él me dijo, «ese es tu regalo». Yo le pregunté qué iba a hacer con él y me dijo que los enrollara en rollos de cuatro yardas y los vendiera en la Plaza del Mercado. En ese entonces no entendía por qué abuelo quería que hiciera eso, pero despertó en mí una curiosidad y decidí ir a venderlos. Nunca lo olvidaré porqué fue de las primeras enseñanzas que me dio mi abuelo: que uno tiene que trabajar para ganarse lo suyo. Ese fue mi primer encuentro con el comercio.

¿Pensabas hacerte cargo de la tienda cuando tu abuelo ya no estuviera?

Ser administrador de la tienda fue algo en lo que siempre pensé. A mi desde joven me gustó la idea de ser mi propio jefe y claro está, de mantener aquello por lo que mi abuelo trabajó por tantos años. Abuelo nunca nos impuso que nos quedáramos con la tienda y nos dedicáramos a eso, al contrario, nos envió a estudiar y siempre nos decía que cuando él muriera, nosotros hiciéramos lo que quisiéramos con la tienda. Pero sí, fue algo que siempre tuve en mente, y cuando mi abuelo falleció, yo decidí quedarme con las riendas del negocio.

Jean Carlo Feliciano junto a su abuelo Américo Feliciano y su padre Américo Feliciano Jr. (Foto suministrada)

¿Cómo fue esa transición a ser el dueño de la tienda y a qué retos de enfrentaste?

Pues me encontré con la situación de que mi abuelo no le ponía precio a nada; él todo se lo sabía de memoria, desde lo que le costó a él, hasta el costo de venta. Otro obstáculo fue que él no guardaba facturas. Luego de pagar al vendedor, la echaba al zafacón. Empecé en cero como tal, tenía una tienda llena de mercancía, pero sin precios, y de los más vendidos me acordaba, pero de la gran mayoría, no. Comencé poco a poco, y recuerdo que fui a un show de mercancía que hacen todos los años y en el carnet que tenía decía ‘Tienda Américo’. Los vendedores me preguntaban por abuelo; muchos de ellos no sabían que había fallecido y yo les explicaba que era el nieto y nuevo propietario. Les conté la situación que tenía con los precios y ellos fueron ayudándome. Los primeros años fueron cuesta arriba, pero a mí me gusta y saqué la tienda adelante.

Ante la fuerte crisis económica que sufre el país, ¿qué crees que ha mantenido a la tienda operante?

La crisis económica y eventos como el huracán María, han sido duroa para todos y nos han afectado grandemente, pero, aunque no lo creas, ha beneficiado al negocio. Te explico el porqué: la esencia de la tienda Américo es vender productos tradicionales y patrióticos y ante todo lo que está pasando con el país, muchas personas han decidido irse de la isla y vienen aquí a buscar un “souvenir” o algo que represente como si se llevaran un pedazo de Puerto Rico con ellos. Eso pues claro, aumenta nuestras ventas. En el caso del huracán María, nosotros solo estuvimos cerrados un día y luego seguimos con las operaciones de la tienda. Las personas venían aquí a buscar todo tipo de cosas y como la tienda estaba muy bien equipada se corrió la voz y fue bien frecuentada por muchas personas. Muchos de ellos no sabían de la existencia de la tienda, pero a raíz de eso ahora vienen aquí cuando necesitan algo. Y mientras las grandes cadenas como Wal-Mart y Sams estaban cerradas, yo tenía las puertas de mi negocio abiertas.

Parte de la tienda por dentro (Foto suministrada).
Pavas, sombreros y machetes típicos (Foto suministrada)
Entrada del negocio (Foto suministrada).

 

 

 

 

 

 

 

Siendo esta una tienda que se dedica a vender productos tradicionales, ¿qué has hecho para mantenerte en competencia con las demás tiendas?

Aunque la tienda es una quincalla tradicional, estamos adaptándonos a lo actual. Ahora mismo estamos trabajando para vender por internet, con las redes sociales y utilizando lo que es la tecnología para llevar la tienda más allá y que la gente tenga más acceso. Pero todo esto sin perder la esencia de la tienda, que es lo tradicional.

Productos principalmente alusivos a la bandera puertorriqueña (Foto suministrada).
Pilones de madera de todos los tamaños (Foto suministrada).
Enorme pilon de madera (Foto suministrada).

 

 

 

 

 

 

 

 

Muchos negocios nuevos se están estableciendo en el pueblo de Arecibo, ¿qué consejos les das a estos nuevos comerciantes para que prevalezcan?

Ahora mismo hay muchas opciones. El municipio está dando ayudas de $20,000 dólares, Consorcio Norte-Central está pagando los empleados, Comercio y Exportación le está dando a los jóvenes menores de 35 años muchos incentivos; estas ayudas no las había en los tiempos de antes. Cuando mi abuelo comenzó, él tuvo que pedir prestado al banco y pienso que deberían de aprovechar todos estos beneficios. Les aconsejo que si tienen una idea, traten de ser lo más original posible. En ves de querer competir directamente con otro negocio, busquen algo que no exista en el pueblo, y de antemano hagan un estudio de las personas que frecuentan el casco urbano y ajusten su plan de trabajo a eso. Con las ayudas que hay ahora vale la pena arriesgarse, ¿Qué puede pasar, que no resulte? No importa porque no tienes la deuda con el banco. Las mega tiendas se están yendo del país y uno puede aprovecharse de eso y establecer negocios que abarquen las necesidades que ellos cubrían. Este es el momento y no hay nada mejor que trabajar para uno y esforzarse por lo que quieres, los primeros años son fuertes, pero si le pones empeño te va a ir bien.

 

Para más información sobre la tienda busca su página de Facebook como: Tienda Américo , o llame al: (787) 633-3643.

Mairim Batista
Author: Mairim BatistaEstudiante del Departamento de Comunicación Tele-Radial en la Universidad de Puerto Rico en Arecibo. Área de énfasis: Noticias.

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