Ni el conocimiento, ni el deporte tienen género

Por: Janina Méndez (janina.mendez@upr.edu)

El 12 de enero de 1938, una delegación puertorriqueña compuesta enteramente por hombres zarpó hacia Panamá esperanzada con levantar el nombre de nuestra isla por todo lo alto. No obstante, grandes mujeres deportistas se quedaron en nuestro país con muchas ansias de ser parte de este grupo de atletas. Entre ellas se encontraban Rebekah Colbert e Iris Zengotita, quienes no satisfechas con esta decisión, hicieron todo lo posible para poder tener un espacio en la delegación puertorriqueña.

Su gesta no fue en vano, ya que consiguieron endosos por parte del senador Celestino Iriarte y el gobernador interino, Rafael Menéndez, quienes se encargaron de movilizar los fondos para que la participación femenina fuera una realidad en estos juegos. Gracias a esta iniciativa, un 26 de enero zarparon 9 mujeres hacia Panamá y lograron conseguir dos medallas de oro para nuestra isla.

Por otra parte, la Liga Atlética Interuniversitaria (LAI), tuvo una gestión aún más lenta con la inclusión de la mujer, ya que tardaron cuarenta años en sumar la representación femenina en su agenda. En el año 1969, las mujeres participaron por primera vez en esta liga, con la inclusión del deporte del voleibol. Con el pasar de los años, se fueron añadiendo escalonadamente en las competiciones femeninas deportes como el tenis y la natación. Por otro lado, Puerto Rico tuvo su primera representación en Juegos Olímpicos en el año 1948, pero no fue hasta el año 1960 que Gloria Colón fungió como la primera representación femenina de la isla en unas olimpiadas, con el deporte de esgrima.

Todos estos datos históricos cuentan y confirman que la mujer ha sido sumamente excluida y discriminada a lo largo de los años en todos los aspectos que envuelven el ámbito deportivo. ¿El periodismo deportivo será una excepción a este patrón? 

Zacha Ivonne Acosta González es una periodista deportiva con más de 15 años de experiencia. Acosta realizó un bachillerato en Periodismo y una maestría en Medios de Comunicación y Cultura Contemporánea, ambas en la Universidad del Sagrado Corazón. Además, practicó el deporte de la esgrima durante 24 años, razón por la cual obtuvo varias medallas en diferentes escenarios internacionales.

En una entrevista con este medio, la periodista relató su experiencia con el discrimen y el acoso a lo largo de su carrera. Zacha expresó que ha recibido menor paga que sus compañeros varones y que se le han negado oportunidades, las cuales en su mayoría han sido en televisión.

“Las oportunidades para ejercer puestos de liderazgo se disminuyen por la razón de ser mujer, persona independiente y vocal en posturas que he tomado en defensa de la igualdad y equidad en deporte, que es el área donde me especializo”, indicó la periodista.

Desde otro punto, en las últimas décadas se ha presumido mucho sobre el avance ideológico que ha tenido nuestra sociedad. “Entiendo que existe más libertad para hablar sobre el discrimen por género. Sin embargo, he notado a través de estudios, ensayos, documentales y estadísticas que la mujer sigue sufriendo expresiones discriminatorias”, añadió. Acosta González también expresó que el discrimen hacia la mujer es muy notable a la hora de buscar empleos con sueldos y políticas justas sobre enfermedad, embarazo, licencias por estudio, entre otras.

Otro tema muy presente en la entrevista con la esgrimista fue el acoso. La medallista compartió que en el año 2018 fue víctima de acoso laboral. “Un proceso durísimo. Tuve que poner mi carácter, aún más firme, ante las miradas que sentía de otras mujeres y hombres en el entorno laboral que me acusaban de haber provocado el acoso”, expresó Acosta. La periodista añadió que al radicar su querella, se descubrió que ella no era la única víctima ya que más personas decidieron compartir su experiencia.

Como consejo para mujeres que se encuentran desarrollándose en el periodismo deportivo y/o en cualquier ámbito deportivo en general, Acosta insiste en que se deben aprender a identificar las señales de un acoso, ya sea verbal, físico, virtual, o cualquier otro tipo. “La mujer debe ser capaz de empoderarse para alcanzar el éxito demostrando sus competencias, destrezas y capacidad para lograr una meta”. Además, instó a todas las mujeres que se desenvuelven en el ámbito deportivo a educarse sobre leyes y proyectos legislativos que amenacen contra sus derechos. 

Un término relacionado con el discrimen hacia la mujer es el “mansplaining” o la macho explicación. De acuerdo al diccionario Oxford, la macho explicación se define como la actitud (de un hombre) que explica (algo) a alguien, normalmente una mujer, de un modo considerado condescendiente o paternalista. Este concepto fue utilizado por primera vez en 2008 por Rebecca Solnit en su ensayo “Los hombres me explican cosas”, cuando un hombre intentó explicarle a Rebecca el libro que ella misma había escrito, invalidando así su obvio conocimiento y competencia.

Son muchas las mujeres que a diario se enfrentan con escenarios donde reina la macho explicación. Así le sucedió a la periodista y comentarista deportiva Natalia Meléndez. En el año 2020 se hizo viral una fracción del programa “Head2Head”, donde Natalia Meléndez, Antonio Latimer y Héctor Torres, mejor conocido como Deplaymaker, compartían un foro de discusión sobre los maestros y su responsabilidad en la medicación de estudiantes.

En un tono prepotente, Torres alegaba que ningún maestro quería trabajar con estudiantes inquietos, por lo que los referían y terminaban siendo medicados, lo que con el tiempo los afectaba negativamente. Por su parte, Natalia argumentaba que no podía responsabilizarse a toda la clase magisterial por estos sucesos, ya que no en todos los casos esto sucedía y sus acusaciones eran sumamente serias.

Héctor Torres despotricó contra Meléndez, no la dejó hablar ni defender su punto y entró en un claro caso de “mansplaining”. Natalia Meléndez intentó explicarle en varias ocasiones que ella fue maestra por años y era conocedora de este ambiente, mas Torres continuó con su macho explicación, invalidando su voz, su conocimiento y su experiencia. 

Entonces, volvamos a la pregunta inicial, ¿existe el discrimen hacia la mujer en el periodismo deportivo? La respuesta es claramente afirmativa. Con todo lo antes expuesto, es bastante evidente que aún se siguen arrastrando las raíces machistas y sexistas en el deporte. No obstante, estas conductas no se limitan al deporte en su naturaleza. A lo largo de la historia, las mujeres han luchado el doble que los hombres para conseguir lo mínimo que se puede esperar de un ser humano civilizado: respeto, reconocimiento y visibilidad.

Ya basta de que las mujeres pidan disculpas por ser capaces, inteligentes, emprendedoras, por salirse del molde, por ser como quieren ser. Todas merecen vivir y ejercer sus profesiones como deseen, sin ser señaladas, acosadas o discriminadas. Como bien expresó Natalia Meléndez a Todas PR, “Ni el conocimiento ni el deporte tienen género”. Por siglos el deporte ha sido un ente de unión entre familias, comunidades y países enteros: hay que comenzar a verlo y a utilizarlo como tal. Hay espacio para todos en el deporte, mas se carece de equidad y ganas de ser inclusivos por parte de quienes lo capitanean. Al tener respuesta para la interrogante principal de esta investigación, se abre un nuevo debate: ¿Cuándo llegará el día en el que la mujer sea verdaderamente libre?

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Author: Colaborador/a de Tinta Digital

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