¿Qué está pasando con el cine en Puerto Rico?

Por: Kelvianis Mercado Ayala (kelvianis.mercado@upr.edu)

La cinematografía es un aspecto muy importante de nuestra cultura y, por ende, de nuestra identidad -Jacobo Morales 

Cada vez son más los jóvenes que buscan incursionar en el mundo del cine; desde actores, productores y guionistas, hasta luminotécnicos, maquillistas y vestuaristas. Puerto Rico cuenta con suficientes talentos para esta área, sin embargo, son limitadas las producciones en el país. Como resultado, vemos una mayor deserción de nuestros cineastas, los cuales esperan que grandes empresas extranjeras los contraten y cuando les llega la oportunidad, perdemos su talento en el país. Ciertamente, podemos culpabilizar la ideología que se nos ha impuesto como colonia, donde pensamos que lo de afuera es “lo mejor”. De tal manera en la actualidad podemos apreciar con claridad como los puertorriqueños sufren del complejo del impostor, ya que nos volvieron incapaces de asimilar nuestros grandes logros en esta industria. Eso sumado a que contamos con menos ayuda que el resto de los países en este ámbito. 

Desplazamiento y equiparación 

Según el director y guionista, Roberto Ramos Perea en una entrevista reciente para WIPR: “El cine ayuda a entender el contexto de las cosas, la historia, la procedencia, las imágenes, los personajes, etc.”.

La industria cinematográfica representa para los puertorriqueños un importante recurso y canal de expresión sociocultural y un componente fundamental que el gobierno mantiene censurado. No se nos otorgan los fondos necesarios para mantener esta industria a flote en la isla y desafortunadamente, «leyes como la Ley 362 de 1999 y la Ley de Incentivos Económicos que se aplican a las industrias fílmicas de Puerto Rico del 4 de marzo de 2011, respaldan lo extranjero y esto nos perjudica». Así expresó Daniel Cordero en su artículo El futuro de la industria cinematográfica de Puerto Rico, publicado en este medio. Estas brindan un beneficio mayor a las producciones extranjeras, desplazando a los propios cineastas puertorriqueños. 

Aparte, «es importante que los servicios en Puerto Rico estén diferenciados entre sí, es decir, ¿es un servicio local o una gran empresa que te está contratando», mencionó la profesora Rosamary Berrios, catedrática de la UPR en Arecibo y productora y directora del documental «Santiago de las mujeres».

La profesora se refiere a dicho desplazamiento mencionado anteriormente, como “equiparación”. Lo que representa que los servicios para el cine tienen el deber de reconocer cuando los solicita un proyecto local para otorgarles precios de acuerdo con el presupuesto y ayudas con las que cuenten. Esto también fomenta una brecha entre el cine extranjero de alto capital con capacidad de pagas altas y las industrias puertorriqueñas locales, que no cuentan con un aporte financiero alto, dejando atrás la comparación absurda de paga. 

Por otro lado, empresas productoras extranjeras que vienen a la isla, traen oportunidades de empleo en estos campos, contribuyen al turismo e incentivan los servicios de comida y transporte. Pero también es una realidad que cuando estas producciones llegan a la isla, limitan la participación de nuestros talentos, debido a que traen su propio equipo de trabajo y así minimizan las oportunidades laborales para los puertorriqueños. Dentro de las repercusiones también cabe la pena mencionar que nuestros talentos deban conformarse con participaciones secundarias que se encuentran por debajo de sus capacidades con menores pagas y jornadas largas.

«Nunca tenemos nada seguro, porque no es prioridad, ellos no están obligados», explicó Berrios, a la vez enfatizando en cómo las grandes industrias de cine no tienen una ley que les obligue a presentar estas producciones en sus salas, por consiguiente, ellos ofrecen la oportunidad a los cineastas locales si ellos desean y no les afecta monetariamente. Mientras tanto, las grandes corporaciones nos utilizan como gancho de beneficios por ser un destino atractivo, convirtiéndonos en una “meca”. 

La fórmula   

     

¿Existe una fórmula exitosa para el desarrollo cinematográfico puertorriqueño? El cine en Puerto Rico se ve, sobretodo marginado por la falta de apoyo y compromiso del gobierno. Esto hace que crear una filmación sea de mayor esfuerzo en comparación a lugares donde el respaldo gubernamental está presente. De acuerdo con la cineasta Rosamary Berrios, “Escogen a personas reconocidas porque es más fácil promocionar la película, ya que te venden un nombre». Las casas productoras locales han incrementado este método de venta extranjero, donde utilizamos a una persona con influencia social (independientemente de si sabe actuar o no) para poder promocionar de esa manera la filmación.

En entrevista con Notiséis 306 PR, el cineasta Jacobo Morales, expresó que: “A veces prevalecen criterios que creemos incorrectos, para que la película sea universal. Idealizamos que para vender una película local, la misma tiene que contar con gente de alto nombre (artistas, personajes de la televisión o radio) debe ser cómica y colaborar con actores o producción de República Dominicana para que ¨funcione¨. Es entonces cuando se crea una fina línea entre el cine comercial y el cine de arte.»

Para este último se utiliza nuestra cultura y tradiciones con el propósito de que los puertorriqueños se identifiquen con los personajes y las historias, además de ser llamativo para los extranjeros. Para la profesora Berríos, el cine documental ha sido quien levanta la voz por Puerto Rico, ya que no está atado a un comercio de vender la película para recoger el dinero, sino que está atado a que mayor gente pueda escuchar y aprender, encontrar información nueva y ver a su gente representada en el cine. 

«Lo que queremos es contar nuestras historias y que la gente disfrute de nuestro cine. Nadie puede hacer cine puertorriqueño como lo haremos nosotros. La categoría del cine puertorriqueño solamente la podemos hacer nosotros/a y estamos obviando esa categoría».

En términos del futuro de la industria local, podemos mencionar que para la entrevistada existe una marcada división. Recomiendo formar una unión obrera como se hace en la televisión y velar por sus beneficios. «Que yo sepa, no hay una unión clara y establecida que vele por esos servicios. Hacen falta incentivos y leyes que prioricen las producciones puertorriqueñas, para que muevan este campo y lo reconecten cultural y económicamente y a su vez brindar oportunidades de empleo locales para los cineastas y talentos en la isla.» 

No cabe duda de que la industria cinematográfica se ha visto marginada durante años, mientras las producciones extranjeras que vienen a grabar siguen aprovechándose de nuestros recursos.       Es nuestro deber y del gobierno, unirnos para sacar adelante estas producciones que enriquecen nuestra historia y oportunidades dentro del país. ¨El punto de partida más sólido es la combinación de calidad y autenticidad”. “No se trata de prefabricar éxitos, eso es imposible, es tener como punto de partida la calidad y autenticidad, para que se sienta nuestra¨ -Jacobo Morales.

https://youtu.be/mWA5b0DOjvchttps://youtu.be/-Dbuev7K6aw

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Author: Colaborador/a de Tinta Digital

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