
Héctor Varela Vélez y su misión de conservación ambiental y labor comunitaria a través de la Fundación Surfrider Puerto Rico

“Toda persona que tenga el deseo de proteger el mar, puede hacerlo”, aseguró Héctor Varela Vélez, gerente de programas de la Fundación Surfrider en Puerto Rico.
Con más de dos décadas de experiencia en el ámbito ambiental y comunitario, Varela encarna el compromiso de una organización global, cuya misión es proteger “las olas y las playas para el disfrute de todos”, mediante la educación, la ciencia ciudadana y el activismo.
“La organización se divide en tres niveles: oficina central (headquarters), capítulos comunitarios y capítulos estudiantiles”, explicó. En Puerto Rico, Surfrider cuenta con tres capítulos universitarios en los recintos de Río Piedras, Aguadilla y Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico (UPR), además de siete capítulos en escuelas superiores alrededor de la isla.



Entre sus mayores logros está la creación, junto a la comunidad, de la Reserva Marina Tres Palmas en Rincón —la primera autogestionada en la isla— y, más recientemente, la Reserva Jardines Sumergidos en Vega Baja y Manatí, tras más de 20 años de trabajo comunitario y legislativo.
Surfrider también ha enfocado esfuerzos en soluciones basadas en la naturaleza (nature-based solutions), como la restauración de dunas y manglares en Isabela. Asimismo, han trabajado en la mejora de infraestructuras costeras, como el paseo lineal de la Playa Golondrina, colaborando con expertos y autoridades municipales para garantizar que los proyectos sean compatibles con la protección del medioambiente.
Sin embargo, no todo ha sido fácil. La falta de fondos y la apatía de algunas agencias gubernamentales han representado desafíos significativos. “Somos una organización sin fines de lucro y, muchas veces, las relaciones con el gobierno no son como deberían”, expresó Varela. Aun así, la fundación ha colaborado con el Senado y otras entidades, brindando información científica que facilite decisiones acertadas en la gestión ambiental.

La lucha por proteger el océano en Puerto Rico continúa, con Surfrider al frente y con un llamado constante a la participación ciudadana: “El mar nos necesita, y todos podemos ayudar”.
Radaí García, quien participa desde hace un año en las actividades de Surfrider, expresó: “Esta es una fundación en la que todo el que se quiera educar sobre el ambiente tiene espacio. Yo traigo a mi hijo a participar de esto. La restauración de dunas y mangles es algo que me parece súper genial.”

La Fundación Surfrider continúa desarrollando iniciativas enfocadas en la educación, la participación ciudadana y la restauración ecológica en diversas regiones de Puerto Rico. Aunque enfrenta retos relacionados con el financiamiento y la colaboración gubernamental, la organización mantiene sus esfuerzos activos en múltiples comunidades. Su trabajo refleja una tendencia creciente hacia modelos de conservación colaborativa y soluciones basadas en la naturaleza.